Las primeras Directrices del Paisaje de Galicia entran en vigor este fin de semana, por lo que Galicia se sitúa como una de las regiones referente y a la vanguardia en materia de paisaje. El documento dota a la comunidad gallega de una herramienta con la que proteger, gestionar y conservar el paisaje, con normas y directrices que deberán integrarse en la totalidad de iniciativas que se promuevan en el territorio gallego, con la finalidad de preservar y cuidar los valores paisajísticos. En definitiva, se busca “compatibilizar la protección y mejora del paisaje con el desarrollo económico de Galicia”, apuntan desde la Xunta.
Las normas serán obligatorias para los instrumentos de planificación sectorial y urbanística, así como para las estrategias regionales y locales; pero, además, se incluye un listado de recomendaciones que serán orientativas y sugieren limitaciones o condiciones de carácter genérico. En todo caso, las nuevas Directrices del Paisaje de Galicia deberán integrarse en cualquier plan, programa o proyecto que se lleve a cabo en el territorio de la comunidad, que, por lo tanto, deberán tener en cuenta los valores paisajísticos en todas sus fases, respetando el carácter diferenciado de las grandes áreas paisajísticas y de los diferentes tipos de paisajes.
Puntualiza la Xunta que las Directrices “no supondrán ni implicarán un coste desembolso directo por parte del ciudadano, que sí verá cómo los proyectos e iniciativas que se desarrollen en su entorno añaden valor paisajístico”. A modo de ejemplo -explica la Xunta- con la entrada en vigor de las Directrices, las infraestructuras energéticas (los tendidos y redes) deberán ser subterráneas en el caso de los nuevos desarrollos urbanísticos.
Asimismo, en las AEIP solo se permitirá la apertura de una cantera o mina si es rigurosamente justificada y no tiene impacto y se deberán establecer limitaciones respecto de las plantaciones de eucaliptos, estableciendo como norma la promoción de medidas para sustituir masas de eucaliptales y primar las autóctonas, al tiempo que se recomienda favorecer la expansión de bosques de frondosas autóctonas. “Preservar los paisajes gallegos es una de las prioridades” -incide la Xunta- por lo que para reducir los impactos de las infraestructuras y vías de comunicación se incluirán condiciones y criterios de integración y recomendaciones para un tratamiento acomodado del valor de las vistas panorámicas desde las vías de comunicación o en el caso de los puentes de más de 50 metros de longitud, estos requerirán de un informe del organismo competente en materia de paisaje.
También se fija como norma la obligatoriedad de retirar los carteles, paneles y demás señalización de obras o actuaciones públicas finalizado el plazo de permanencia que determinen los compromisos adquiridos en su financiación; así como emplear especies vegetales autóctonas para repoblar elementos como medianas, rotondas o taludes.
En cuanto a la gestión de los espacios naturales protegidos, como norma se dará prioridad a la regeneración de las zonas que sufran impactos paisajísticos como incendios, vertidos o similares y en los planes e instrumentos de ordenación forestal se fijarán medidas para la eliminación y prevención de las especies vegetales invasoras. En relación con posibles actuaciones en el Camino de Santiago, las directrices indican también que dentro de las zonas visibles y a menos de 500 metros de éste, siguiendo el criterio que se establece en la Ley de Patrimonio Cultural, los cambios de actividades agroforestales requerirán de justificación mediante un análisis de visibilidad basada en el cálculo de la cuenca visual. “En definitiva -concluye la Xunta- las Directrices pretenden compatibilizar la protección y mejora del paisaje, como elemento que identifica y define a una sociedad, con el desarrollo económico de Galicia”.