En la segunda quincena de agosto se celebrará una nueva edición del festival de música Bal y Gay que, bajo el título ‘Música a la orilla del mar’, llevará 10 recitales de música clásica a A Mariña. Se trata de la octava edición de la iniciativa creada por la Asociación Xesús Bal y Gay en 2014, que cuenta un año más con el apoyo de la Xunta de Galicia en el marco de su apuesta por diversificar y descentralizar los eventos culturales para acercarlos a todo el territorio gallego.
Las actuaciones arrancan en Foz, donde el 18 de agosto, en el Pazo del Conde de Fontao, el Cuarteto Seikilos ofrecerá obras de Turina, Ravel, do Campo y Gómez. El día 19 será el turno de Cantoría, que interpretará a Monteverdi en la iglesia de Santiago. Por su parte, Beethoven, Chopin, Granados y Listz serán los protagonistas de un concierto el día 20 en el Auditorio Hernán Naval de Ribadeo, de la mano de Javier Perianes.
La orquesta de cámara del festival Bal y Gay, con Jaume Santonja de director y María Toledo de cantaora, ofrecerá ‘El amor brujo’ de Falla el día 21 en el auditorio de Burela. En la jornada del 22 habrá dos funciones: Puro Gershwin en la finca Goleta de Foz con Sheila Blanco como vocalista, Federico Lechner al piano y Chema Sáiz a la guitarra; y Hércules Brass en Barreiros, con piezas de Holborne, Bach, Verdi, Puccini, Turina y Bizet. Esta actuación se repetirá el día 23 en Vilanova de Lourenzá.
Ya el 24, en la Fábrica de Sargadelos de Cervo se escucharán obras de Albéniz, Granados, Rodrigo, Bal y Gay y Tárrega de la mano de Pablo Sáinz-Villegas, y, el 25, Cuarteto Casals interpretará a Mozart, Saalim y Shostakovich en la Basílica de San Martiño de Foz. Finalmente, el 26 el espacio elegido es la Catedral de Mondoñedo, en la que Orquesta Sinfónica de Galicia con Dima Slobodeniouk tocará obras de Bach, Turina y Adams.
El festival se completa con conciertos familiares de la mano de Cantoria los días 20, 21 y 22 en Cervo, Ribadeo y Mondoñedo, con un ciclo de conferencias y con los talleres ‘Recordos musicais’ en residencias de mayores de Trabada y Ribadeo.
(Foto: Alberte Peiteavel)