La cooperativa ourensana Coren pone en marcha una campaña para dar a conocer los valores de su pollo campero, que se cría con salida libre al campo y se alimenta a base de maíz, lo que la ha convertido en líder nacional en su producción. Este sistema tradicional de crianza conlleva también importantes repercusiones sociales, ya que contribuye al cuidado del medio ambiente, recupera terrenos en riesgo de abandono y mantiene población en el rural.
Todo esto se remonta a hace ya más 20 años, cuando el Grupo Coren comenzó con la producción de pollo campero bajo la marca “Pollo de Corral”, recuperando la crianza tradicional de las aves con salida al campo y el mayor bienestar, además de alimentación natural con cereales. No obstante -inciden desde Coren- en los puntos de venta existen muchas veces pollos “con apariencia o presentaciones que pueden generar confusión entre los consumidores sobre su crianza y alimentación”. Pero el pollo de Corral Coren es “auténtico campero”, es decir, “realmente se cría con salida a los campos gallegos”. Así, este Pollo de Corral crece lentamente y en libertad en este entorno natural, en el que dispone de un amplio espacio al menos un metro cuadrado por ave, lo que le permite correr, picotear, escarbar… A ello se debe que los animales crezcan libres de estrés; lo que se suma a su alimentación completamente vegetal, a base de cereales.
Debido a esta crianza, la carne del Pollo de Corral destaca por su bajo contenido en grasa, su textura fibrosa, mayor consistencia y su sabor tradicional, ofreciendo un excelente resultado en cocina, especialmente en preparaciones asadas o guisos.