Para que los clientes no varíen en exceso sus hábitos de ocio gastronómico, por cuestiones de solidaridad o por el mantenimiento de la actividad del negocio (más que por pura rentabilidad del mismo), lo cierto es que el servicio de comida a domicilio o ‘delivery’ está proliferando tras el cierre de establecimientos de restauración decretado por el Gobierno ante la pandemia del Covid-19. Un sistema que no es algo nuevo, ni mucho menos, pero que se está expandiendo como modo de reducir -aunque en un leve porcentaje- las pérdidas del obligado paréntesis.
Javier González, propietario de La Tienda de Lino, un espacio gourmet situado en A Coruña, se inició en esto del ‘delivery’ en las Navidades de 2019 apostando por un servicio a domicilio que en fecha tan especial resultó todo un éxito. A partir del pasado lunes, aquella iniciativa ya no es casual; y, así, La Tienda de Lino ofrece menús diarios al cliente final que puede elegir de un catálogo que incluye una variedad de empanadas (congeladas), conservas, embutidos y un menú básico con platos como menestra de verduras, alubias, etc. Pero la prueba de fuego fue justamente este jueves, con ocasión del Día del Padre, cuando La Tienda de Lino ofreció un menú especial con una carta que contemplaba platos elaborados pero sencillos como Carne asada, Rape a la sidra, Callos, etc. Todo esto elaborado en fresco y haciendo el pedido online o telefónicamente 24 horas antes. Tanto una opción como la otra “tienen la pretensión de ofrecer una alimentación saludable pero sabrosa a la vez dándote un pequeño mini-capricho en el pedido a través de los productos selectos que comercializa la tienda habitualmente”, explica Javier González.
¿Es rentable esta opción de restauración? “Seguramente esta nueva forma de negocio que estamos incorporando como algo habitual -reconoce Javier- no será tan rentable, pero por un lado hay que tener en cuenta que se trata de una nueva modalidad para la gente que, vistos los pedidos que tenemos, funciona bien y en esto mucho tiene que ver la confianza del cliente en nuestra empresa”. A su vez, Javier González también es el responsable de Ternura, un obrador de elaboración de platos de 5ª Gama que hasta la llegada del Covid-19 funcionaba maravillosamente como servicio de apoyo a la restauración y la hostelería de Galicia. Cerrados los establecimientos hosteleros, este coruñés inquieto decidió ofrecer menús con un primero y un segundo, pan, agua y fruta de postre a las empresas que estén trabajando actualmente en los polígonos coruñeses, como las de transporte, alimentación, farmacias, residencias, etc. Así, entre una amplia oferta se pueden elegir unas Lentejas estofadas, una Fabada o un Pollo al curry, y todo con unas instrucciones que recomiendan cómo conservar la comida que quede, su caducidad o cómo regenerarla. “Esto que estamos realizando desde el pasado lunes no es para ganar dinero porque a un coste de 7 euros -incluido el servicio de desplazamiento- está claro que no es rentable, pero lo que tenemos claro es que en estos momentos hay que ser solidarios y generosos, sin pensar en la probable rentabilidad el negocio”.
Daniel Martínez, gerente del restaurante de Bueu Entrebrasas, reconoce que no es nuevo el servicio de comida a domicilio que ahora únicamente puede ofrecer. “Hace dos años que lo estamos haciendo, aunque antes apenas era ocasional y ahora estamos en casi una docena de pedidos diarios”, afirma. Que la respuesta es buena está claro a partir de los menús diarios que ofrece el negocio que, además, antes cerraba un día y medio por semana y ahora está abierto todos los días, tanto para la comida como para la cena. “Yo creo que este formato al que la gente no está aún muy acostumbrada va a servir para fidelizar al cliente y pensando en él es que los fines de semana y por las noches modificamos la oferta de menú básicos del mediodía para ofrecer casi todos los platos que tenemos en la carta del restaurante; los de carne te diría que todos”, expresa el responsable del asador.
¿Este nuevo modelo puede llegar a predominar sobre los restaurantes? “No, no lo creo -afirma Daniel- porque se trata de una medida paliativa”; opinión similar a la de Javier González, para quién “la solución del delivery puede funcionarnos más bien que mal, pero por ahora no deja de ser un intento empresarial de sostener los negocios”.
En términos similares se expresa Jose Dieste (Derby, Vilagarcía) que ha implementado el servicio a domicilio tras el cierre que decretó en su día la Xunta de Galicia. “Este servicio no va a minimizar mucho la crisis que vamos a sufrir, lo hacemos más que nada para seguir manteniendo cierta actividad y para atender a nuestros clientes habituales”, reconoce. Dieste cree que, ante esta nueva situación, que estima se prolongará en el tiempo, “hay que adaptarse”, pensando también en la vuelta a la normalidad que “a ver cómo se produce”.
Muchos locales que en un primer momento apostaron por elaborar comida para que sus clientes la recogieran a las puertas del establecimiento han tenido que abandonar esta idea tras las nuevas restricciones legales. Tal es el caso de TS A Casa, en Santiago de Compostela, que tras consultar la posibilidad de trabajar con alguna empresa de reparto a domicilio desestimó la idea porque “están sobresaturadas de pedidos y pasaría mucho tiempo antes de que atendiesen nuestra petición”, reconoce Marco Medeiros, uno de sus gerentes. Salvando estas dificultades, Prazer, en A Coruña, ha decidido implementar el servicio de ‘delivery’ a través de una empresa externa porque “para nosotros, lo más importante es intentar disminuir esos gastos fijos mensuales del restaurante y así poder sobrevivir el tiempo que estemos cerrados, que imaginamos que no van a ser 14 días”, reconoce Javier Freijeiro, uno de sus responsables. Aunque por el momento el cocinero reconoce que “está todo un poco parado porque se ha hecho mucho acopio de comida en los hogares”, está convencido de que, con el paso de los días, los pedidos a domicilio aumentarán. Pese a todo, el cocinero vaticina que cuando se alcance el pico de infectados, quizá el ‘delivery’ también se prohíba. “Ya no hay que pensar en el ‘delivery’ de ahora, hay que pensar en el ‘delivery’ de la vuelta. Cuando volvamos otra vez a restablecer el restaurante, mucha gente se va a querer apuntar y nosotros ya lo vamos a tener en marcha, eso es lo importante. Tener la posibilidad de que te lleven la comida a casa en un formato asequible puede marcar la diferencia y ayudar a que la caja sea un poquito más abundante”, afirma. Para Prazer, quizá este sistema sea un salvavidas que le ayude a sobrellevar esta crisis, aunque no sería el único. “Muchos locales nos veremos condenados al cierre. No me gustaría incluirme, voy hacer todo lo posible porque no suceda, pero es la realidad y puede pasar. El ‘delivery’ va a ayudar, sin duda; pero, sobre todo, tener una economía saneada es lo que más va a ayudar”.