El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha concretado un calendario de medidas con las que espera “dar estabilidad y contribuir a la mejora de la calidad” de los vinos españoles, particularmente de los que se comercializan sin indicación geográfica. Dichas medidas buscan “ajustar la oferta a la demanda -inciden desde el Ministerio- contribuyendo a paliar el excesivo efecto que sobre el mercado del vino tiene, no solo el volumen de producción anual, sino también las existencias finales de cada campaña y que determinan las disponibilidades para la campaña siguiente”. Añaden desde el Gobierno que estas circunstancias se traducen en “una gran variabilidad de los precios, que traslada a los productores de uva de vinificación una presión creciente”.
Buscando paliar estos condicionantes, la Organización Interprofesional del Vino de España presentó en junio al Ministerio de Agricultura una propuesta que contempla, entre otras medidas, el control reforzado para mejorar la trazabilidad en el ámbito de la vertebración sectorial, así como unos requisitos mínimos de calidad para la uva de vinificación fuera de indicaciones geográficas de calidad (DOP o IGP) con lo que “se pretende evitar que se produzcan vinos de baja calidad, con grandes dificultades para ser comercializados todos los años y que son los que suelen engrosar las existencias a finales de campaña”, apuntan desde el Ministerio.
El Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español contiene, asimismo, una serie de medidas referidas a la destilación de los subproductos de la vinificación como un refuerzo de los controles sobre el terreno en las destiladoras autorizadas “para controlar que se entregan los subproductos a destilar y, con ello, que no se utilizan para producir vino”.
El Ministerio convocará reuniones durante el mes de octubre para trabajar conjuntamente con el sector y las CCAA sobre esta hoja de ruta.