Porque estar al día nunca fue tan fácil

La European Federation of Origin Wines (EFOW), la organización que representa a las denominaciones de origen europeas ante las instituciones de la UE, y la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV), que representa a las DDOO de vino a nivel nacional, han participado en la consulta pública abierta por la Comisión Europea sobre las posibles contramedidas a productos norteamericanos en represalia por los aranceles impuestos por Estados Unidos al aluminio y al acero. Con ambas respuestas, de forma coordinada, las denominaciones de origen han querido reiterarle a la Comisión, como también han hecho por carta a las direcciones generales de Agricultura y de Comercio del Ejecutivo Comunitario en los últimos días, la necesidad de que abran una negociación y que el vino no se incluya en la disputa comercial en curso entre la UE y los Estados Unidos.

Las denominaciones de origen se oponen “firmemente” a que tanto los vinos de EE.UU. como el bourbon se incluyan en la lista de productos objeto de contramedidas de la UE y así lo han hecho constar en su aportación a la consulta pública abierta por la Comisión. Los Estados Unidos son uno de los mayores mercados de exportación de los vinos con DOP europeos y particularmente de los españoles, “y el vino con denominación de origen es un motor económico clave para la agricultura europea y para la española”, inciden. La viticultura –añaden– “desempeña un papel crucial en el desarrollo y la vitalidad de las zonas rurales de numerosas zonas de nuestro continente, también en la península ibérica, apoyando el empleo, el patrimonio cultural y las economías locales”.

Dicen desde el sector que la imposición de aranceles de represalia sobre el vino tendría “consecuencias dramáticas para el sector”, ya que “aumentaría la incertidumbre económica, provocaría pérdidas significativas de ingresos y de puestos de trabajo y pondría freno a la inversión dentro del sector”. Por eso, ambas organizaciones consideran un “signo positivo” que la Comisión Europea haya decidido retrasar la fecha de la imposición de las primeras contramedidas. “El vino no debe ser moneda de cambio en conflictos ajenos a nuestro sector”, protesta Riccardo Ricci Curbastro, presidente de EFOW. Por su parte, David Palacios Algarra, presidente de CECRV, se ha mostrado confiado en que finalmente “impere la sensatez y que las Administraciones europea y estadounidense busquen una solución negociada para evitar unos aranceles cruzados que perjudicarían las economías y sectores de las dos zonas, reduciendo los ingresos de nuestras empresas y mermando la capacidad de compra y el poder adquisitivo de la ciudadanía”.

 

 

 

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