Porque estar al día nunca fue tan fácil

onsEl 1 de julio de 2002 se declaraba oficialmente el Parque Nacional marítimo-terrestre de las Illas Atlánticas de Galicia, una declaración que implicó una mayor protección del territorio y un control de sus usos pero también  más conocimiento y la generación de una nada desdeñable actividad económica vinculada al turismo de las islas gallegas.

“Un Parque Nacional es un espacio de alto valor natural y cultural, poco alterado por la actividad humana que, en razón de sus excepcionales valores naturales, de su carácter representativo, la singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, merece su conservación una atención preferente y se declara de interés general de la Nación por ser representativo del patrimonio natural español”. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico define con estas palabras una figura que, en el caso de Illas Atlánticas, ha marcado su pasado, su presente y también su futuro desde 2002. Se cumplen, pues, 20 años desde que los archipiélagos de Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada se incorporaran a un selecto “club” del que solo forman parte otros quince espacios del territorio español y que vela por el conocimiento y conservación de estos enclaves frente a amenazas como pudiera ser el turismo masivo.

Aunque en Illas Atlánticas esta amenaza fue real en algún momento, en la actualidad, 20 años después de su declaración como Parque Nacional, y tras la aplicación de medidas de control de aforos (nada que ver con las posteriores derivadas de la pandemia), esta circunstancia está superada. “Con el flujo que se ha establecido se ha logrado frenar el turismo masivo -explica el director-conservador del Parque, José Antonio Fernández- pero lo que tenemos que hacer a partir de ahora es ir modelando el turismo que queremos, y hacerlo entre todos. Hablamos de ese turismo slow, o amodiño, como decimos en Galicia. Que la gente venga al Parque a disfrutarlo sin prisas, que venga a pasear, a conocerlo, a darse un baño… que aquí no se pierde nadie. Es un lugar seguro y tranquilo, es un lugar para fotografiar, para disfrutarlo en familia. Aquí todo el mundo es bienvenido y eso se nota, porque se ve que la gente viene aquí con cariño y su comportamiento es muy bueno”.

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Pese a los inconvenientes derivados de la pandemia, y a la escasa llegada de turismo internacional, el Parque Nacional Illas Atlánticas alcanzó en 2021 los 462.000 visitantes, el 90% de ellos, de origen nacional. “Es la cifra que manejamos como tope de visitas anual, pero se ha alcanzado en un año de pandemia y apenas sin turistas extranjeros”, recalca Fernández, quien incide en la importancia de que las empresas turísticas se impliquen en la difusión y venta del recurso durante todo el año. “Nadie discute que la gente venga al Parque a bañarse a sus playas, pero queremos que vengan para conocerlo también fuera de temporada. Lo que hay que conseguir es que las empresas turísticas y las navieras aprovechen sus potencialidades durante todo el año porque salvo esos días de mala mar que no se puede ir, el resto del tiempo las islas son visitables; y si llueve no pasa nada, es parte del Parque Nacional. Recuerdo que cuando solo era Parque Natural, a partir del 16 de agosto se paraba toda la actividad en las islas. Poco a poco las visitas fueron aumentando durante todo el año y este 2021 hemos superado las 25.000 personas fuera de temporada. Incluso estas Navidades ha habido gente visitando el Parque. Solo en diciembre, unas 4.000 personas. A esto ha contribuido el hecho de que se hayan incrementado las visitas guiadas, que animan mucho a la gente a visitar las islas”, apunta su director-conservador. Y la evolución en estos 20 años ha sido muy positiva en ese sentido pues alrededor del Parque se ha generado una importante actividad económica vinculada a su vertiente turística, demostrando que la conservación y el aprovechamiento lúdico son compatibles. “Cuando se declaró el Parque Nacional solo había una naviera y en la actualidad hay ocho dadas de alta y más de 16 empresas pequeñas que también trasladan a visitantes al Parque. Clubs de buceo hay ocho, empresas de turismo activo también hay muchas que operan en las islas, guías acreditados en el Parque Nacional hay más de 1.200… Cuando empezamos no había ni un curso de guía hecho y hoy ya vamos por el número 16. Los hoteles también ven que el Parque tiene unas grandes potencialidades para aprovecharlas y lo ofrecen dentro de sus actividades complementarias”, detalla José Antonio Fernández.

En materia de restauración y alojamiento dentro de las islas -Cíes y Ons- se han dado cambios “sustanciales” en estas dos décadas, tanto en los servicios como en las infraestructuras “y más que se van dar, porque tenemos obras previstas este año para avanzar en materia de eficiencia energética. Además, los cámpings y restaurantes están continuamente haciendo mejoras”, explica Fernández. En el caso de Cortegada y Sálvora, que no disponen de estos servicios, las empresas de alojamiento y restauración de sus localidades de referencia en el continente asumen la atención de sus visitantes. “En el caso de Cortegada -incide el director- Carril está volcada con la isla. Tanto la restauración y las empresas turísticas como la cofradía y los parquistas. Y en Sálvora, tenemos el apoyo de las asociaciones BATA y Amicos -de personas con parálisis cerebral y autismo- a las que involucramos mucho en el Parque, junto a las empresas del entorno. En ese sentido, se ha hecho una labor de promoción de Sálvora en la zona de Ribeira porque antes, todos los barcos que accedían a la isla salían de O Grove, pero ahora ya hay transporte desde Ribeira y eso ha servido para integrar la oferta de Sálvora con el resto de recursos de la zona, con actividades durante todo el año”.

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Para este 2022 de aniversario, en el que renovará la Carta Europea de Turismo Sostenible, el Parque prepara una serie de acciones y actividades que pretenden seguir dando a conocer la inmensa riqueza de sus archipiélagos. Su conservador avanza visitas para escolares y entidades de personas con diversidad funcional, actividades de conservación para la recuperación del bosque atlántico y retirada de especies alóctonas, refuerzo en investigación en el medio marino y nuevos trabajos arqueológicos. “Se intervendrá en el castro de Ons y en Cíes, en el Alto do Príncipe y en la zona de Faro Treito. También haremos mejoras en la antigua aldea de Cortegada y en la aldea de Sálvora, para que sean más accesibles y la gente vaya viendo los progresos que se van haciendo en estos espacios. También vamos a potenciar las actividades de buceo porque el Parque tiene una gran riqueza subacuática y no se conoce. Se promoverá el buceo responsable y la formación en esta materia, colaborando con las empresas de la zona, para que nos ayuden a divulgar los fondos marinos tan ricos que tienen las islas. Además, enterraremos el cableado eléctrico y realizaremos mejoras en depuración, integración paisajística y accesibilidad. Queremos darle un empuje”, anuncia el director del Parque.

Asimismo, está prevista la realización de reformas en los centros de visitantes de Cíes y de Ons, con la dotación de contenidos nuevos; la realización de un sexto simulacro dentro del Plan de Emergencias por Contaminación de Vertidos -Illas Atlánticas es el único Parque Nacional de toda Europa que dispone de plan propio- y el fortalecimiento de su vertiente científica porque “desde que somos Parque Nacional se han conseguido proyectos de investigación por valor de más de 2,5 millones de euros”, detalla José Antonio Fernández. “Es un orgullo para todos los gallegos -concluye- que tengamos un Parque Nacional tan querido y unas rías que son un tesoro”. Presumamos más de ello.

 

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