Pocos lugares pueden presumir de tener una costa y un interior de ensueño y ése es el caso de la provincia de Pontevedra. Cuando nos alejamos del bello litoral de las Rías Baixas y nos adentramos en su interior, se perciben al instante unas Rías Baixas más íntimas, plenas de tradiciones, con un riquísimo patrimonio paisajístico y arquitectónico, y con grandes historias y relatos, algunos muy poco conocidos.
Nada más empezar el recorrido por el sur de la provincia de Pontevedra nos percatamos de que el tiempo ha ido dejando sus huellas y prueba de ello es la historia y las vivencias de un personaje de la talla de Doña Urraca, reina de Galicia, León y Castilla a principios del siglo XII. Después de su segundo matrimonio fue la protagonista de varios conflictos por la corona -algunos de ellos sucedidos en O Condado-. Urraca fue asediada en el Castillo de Villasobroso (Mondariz) y también estuvo en la imponente fortaleza de Salvaterra do Miño, ubicada en la desembocadura del río que lleva su mismo nombre, el Miño. Según la leyenda, en este lugar había un túnel que cruzaba el río Miño hasta Portugal, pasadizo secreto que fue usado por la reina para sus correrías amorosas y políticas. Además de visitar esos castillos, la zona invita a un paseo a lo largo del río Tea, un magnífico lugar para relajarse y disfrutar del enoturismo puesto que este itinerario transcurre por la comarca de O Condado, una de las cinco subzonas que forman la Denominación de Origen Rías Baixas. Aquí se encuentra la capital del vino de O Condado, Salvaterra do Miño, con sus conocidas fiestas en agosto y en diciembre. También es en este territorio donde se halla otra parada de obligado cumplimiento, el Museo de la Ciencia del Vino de O Condado de Tea, un espacio que pone en valor la importancia de los vinos de esta comarca, unos vinos cuyos orígenes se remontan a la Edad Media.
Ya que estamos en el sur de Pontevedra es de recibo disfrutar de la pesca y degustación de la lamprea durante los primeros meses del año en los diferentes ayuntamientos que se van sucediendo a lo largo y ancho de la ribeira del río Miño: Crecente, Arbo, As Neves y Salvaterra do Miño.
Es la lamprea la pieza de río más representativa de esta zona donde se la lleva pescando en el Miño desde la época romana gracias a unas construcciones llamadas “pesqueiras”. En la actualidad es para algunos un manjar gastronómico, que se elabora de varias maneras, aunque la más conocida es “en su sangre”, rellena y para comerse como entrante, o en pizza si se busca un plato más creativo.
Continuando con nuestro recorrido, llegamos a la Serra do Suído en O Covelo, un entorno que se caracteriza por una naturaleza asombrosa en la que aún hoy existen elementos propios de los bosques que existieron en Galicia hace más de 20 millones de años. Siguiendo la estela de este vergel natural, otro de los lugares que no podemos dejar atrás es la Serra do Cando, una serranía que recorre los ayuntamientos de Cotobade y Pontecaldelas. Nuestra penúltima parada nos lleva a Cercedo, una villa vinculada con dos personalidades muy importantes en la historia de España y de Galicia: Rosalía de Castro y Fray Martín Sarmiento. Este último visitó esta pequeña villa para volver a la casa y la tierra de su padre, originario de Cerdedo. Actualmente este itinerario forma parte de una ruta de senderismo singular que ofrece al visitante la ocasión de conocer y adentrarse en la vida de un territorio rural.
Para poner el broche de oro a este periplo ´slow´ por el interior de las Rías Baixas no hay nada mejor que una buena caminata perdiéndose por los Molinos del río Barosa, un espacio encantador y natural situado en Barro que es un buen reflejo de lo que ofrece el interior de las Rías Baixas, un destino lleno de sorpresas.