Eder Moore llegó a España hace quince años con un objetivo y lo ha cumplido con creces. Con una dilatada experiencia en el sector de la hostelería, el chef ha abierto las puertas de La mar brava, un local con una propuesta gastronómica que se distingue de los demás restaurantes de la zona en la que se encuentra, Portonovo. “Era un sueño porque desde pequeño me gustaba cocinar, veía a mi madre y a mi abuela y no paré hasta conseguirlo. Abrimos el nueve de marzo que, por casualidades de la vida, fue el mismo día que llegué aquí”, relata Moore. Así, el recetario de este nuevo establecimiento gira en torno a la fusión entre el producto local y diferentes gastronomías como gallega, la chifa o la nikkei que nos invita a viajar culinariamente por el mundo sin levantarnos de la mesa. “Al principio la gente entra con temor por la cocina fusión pero son platos que no salen de contexto. Por ejemplo, hacemos unos Tacos crujientes con una combinación de atún rojo que nos lleva a México y a Japón, a eso lo llamo fusión. Hice también una Pizza con langostinos thai con una salsa de cilantro y cacahuete, y la verdad es que está siendo un éxito”. Con una carta variada que va cambiando según la temporada, hay también platos que son permanentes como las Gyozas de langostino con salsa San Simón y cebollino. Pero si hay un plato que nos recomienda probar si vamos a su casa es su versión del ceviche peruano marinado en leche de tigre con boniato, choclo y canchita frita. En cuanto a la bodega, ésta se compone de sesenta referencias que incluyen vinos nacionales, italianos, alemanes o portugueses. Para poner el toque dulce a la mesa, se sugiere una Torrija de brioche de tres leches con helado de café; pero, como podemos comprobar, en La mar brava siempre habrá sorpresas.