En el corazón del casco viejo ourensano, y desde finales del pasado mes de enero, ya hay un espacio para degustar buenos productos sea el formato que sea o el tipo de cliente, se trate de una pareja, un almuerzo familiar, una tapa rápida o un encuentro distendido con amigos. Porque A Rabuda es el local idóneo para comer bien: solo, en compañía, con mucho o poco tiempo. Aitana Carnero es la responsable y encargada de sala de esta nueva tapería que dispone de una oferta clásica (Patatas en distintas salsas, Langostinos crujientes, Huevos rotos con jamón y setas, Cachopo o un delicioso Raxo caramelizado con miel). Carnero asoma una sonrisa por el buen ritmo del local -su primer negocio- porque Aitana es hostelera de profesión desde los 16 años cuando comenzó casi casualmente en el bar de una conocida sin saber que este oficio terminaría conquistándola. El establecimiento, ambientado con toques modernos, en color verde agua y con la madera como complemento infaltable, tiene capacidad para no más de una treintena de comensales donde el “chiquiteo” con una tapa inicia la oferta diaria que, los viernes y sábados y tras la cena, concluye con la primera copa de la noche. A la hora de los postres, la elección es fácil ya que dispone de una carta escueta (Flan de huevo, Arroz con leche o Tarta de queso); y en los vinos, no falta ninguno con D.O. gallega, además de algunas etiquetas de Rioja, Ribera del Duero y algún otro español.
Foto: Rosa Veiga