Bajo el nombre de ‘Festival 2022 Outono Códax’ respondimos a una amable invitación en el restaurante O Curro da Parra donde Javier Paadin, sumiller de la bodega Martín Códax, nos paseó por el valle de O Salnés saboreando albariños que saben a paisaje y a Atlántico, completando así una partitura de sabores donde una excelente música de fondo recreó una experiencia envolvente.
Antes de dejarnos tentar por los bocados y los albariños, el bueno de Javier nos abrió el apetito con un espumoso de la bodega descorchado a sable, como solo hacen los que bien saben de estos envites. Así iniciamos este viaje que continuó catando el Martín Códax Arousa 2020, un vino salino que desprende aromas de hierbas del litoral, fresco y que en boca es casi la interpretación perfecta del paisaje de viñas y mar de fondo de la ría de la que toma su nombre. A los fogones, el equipo de O Curro da Parra, con Mitchel Sánchez a la cabeza, nos propuso un Aguachile de volandeira que maridaba a la perfección.
A continuación, nos llevamos a la boca un Martín Códax Lías 2020 que nos regaló frutas de hueso en nariz mientras, en boca, su sabor nos recordó a masas crudas y uvas maduras. Con cuerpo y textura persiste en el postgusto, con una elegancia que define su singularidad. “Si tenéis una botella de este vino en casa, guardadla bien conservada, porque dentro de unos años se pelearán por ella”, señalaba el sumiller entre risas. Para acompañar, O Curro da Parra nos propuso una Gilda de listado, tomate cherry y ajoblanco que aún marcaba más la personalidad del vino.
Seguimos disfrutando cuando Javier Paadin nos descubrió el mágico encanto de un albariño con madera. Hablamos del Organistrum, que apenas “reposa” entre 4 y 6 meses en barrica nueva. Una sutil estancia que da consistencia y aroma de uvas pasas, frutas muy maduras, manzana asada. Un vino redondo que se saborea en toda la boca, y que el restaurante propuso sabiamente acompañar de una Croqueta de jamón en la que la mantequilla se sustituye por grasa clarificada de varias carnes.
Para el final de fiesta el anfitrión de Martín Códax nos regaló un exuberante Vindel; un vino de parcela (Agro de Tremoedo), de deshojado extremo y vendimia tardía que en nariz recuerda al néctar y que en boca es sedoso, con mucho cuerpo y con matices de jalea. Un vino que enamora porque estando muy bueno, augura mejorar con algún tiempo más de evolución en botella. El bocado propuesto por O Curro da Parra también fue muy acertado y plenamente otoñal: unas Fabas de Lourenzá con angula de monte y demiglase de carne.
La próxima cata-maridaje del Outono Códax se celebrará el 24 de noviembre en Bellaco (Santiago de Compostela). Mientras, siguen celebrándose conciertos como el que ofrecerá este sábado en la Sala Capitol John “Papa” Gros, representante de la cultura festiva de Nueva Orleáns.