Porque estar al día nunca fue tan fácil

 pan de cea

Dentro de las mil variantes que se pueden incluir en el concepto de turismo experiencial, acercarnos a los oficios más tradicionales del territorio que estamos visitando presenta multitud de atractivos. Entramos en contacto con la población local, accedemos a un conocimiento que se ha transmitido de generación en generación, comprendemos la importancia que ese sector tiene para la economía de la zona e incluso podemos experimentarlo en primera persona. Y Galicia, en esta materia, ofrece numerosas opciones, ideales para un turismo en familia o para aquel viajero que busca llenar su mochila de experiencias únicas.

guimatur

» Si hay un oficio que inevitablemente se asocia con Galicia es el marisqueo. Y en Cambados, desde el año 2004 (fueron pioneras en el denominado turismo marinero), la Asociación Cultural de las Mujeres del Mar (Guimatur) ofrece visitas guiadas en las que los turistas acompañan a la mariscadora-guía por los bancos en los que se obtiene el marisco, experimentando en primera persona lo que supone trabajar en el mar, diferenciando las especies que allí se extraen y sus tallas e incluso extrayendo ellos mismos almejas y berberechos. “Lo que más les sorprende -explica María José Cacabelos, presidenta de Guimatur- es la bajada que sufre el agua, sobre todo si son de la zona del Mediterráneo. Les llama la atención que cuando empezamos la visita está el agua muy baja y cuando acabamos, ya está más arriba. Tienen pánico a que les pille la marea en medio del mar, así que cuando ven que empieza a subir, ya quieren escapar. También les sorprende que seamos tantas mujeres y que lo tengamos todo tan bien organizado”. El tipo de turista que participa en las visitas de Guimatur va “desde personas que tienen curiosidad por conocer Galicia y saber de qué vive su población a familias, colegios y grupos de la tercera edad, tanto del territorio nacional como de fuera: Estados Unidos, Italia, Francia, Reino Unido…”. El boca a boca -explica Cacabelos- ha ayudado a incrementar el conocimiento de estas visitas, que cada año van a más, pero el salto fundamental fue la presencia de Guimatur en Fitur y la colaboración con agencias de viajes. Actualmente son diez las personas que guían las visitas, que se realizan siempre en horario de trabajo.

idoia cuesta

» En su taller recibe a los turistas la artesana textil y cestera Idoia Cuesta. El turismo de oficios sorprendió a esta donostiarra afincada en Outeiro de Rei a raíz de su incorporación a la APP de la Asociación Gallega de Artesanos y gracias a una serie de acciones que llevó a cabo Turismo de Galicia para promocionar la artesanía gallega en diferentes ciudades europeas. Actualmente, todas las visitas que recibe son concertadas, y muchas de ellas le llegan a través de las páginas web del Concello de Outeiro de Rei y de la Deputación de Lugo. El perfil del turista que visita el taller de Idoia Cuesta es variado: desde colegios a grupos de amigos o turistas extranjeros interesados específicamente por el trabajo de la artista y que incluso se apuntan a algún curso si les coincide en su estancia en Galicia. “Actualmente, con otros productores de la Terra Cha, estamos tratando de generar una unión entre todos para promover más este turismo experiencial en la comarca, con visitas a los talleres artesanos y a productores de la zona. Está en proyecto aún pero lo sacaremos adelante, seguro”, nos explica la cestera, convencida de que al turismo de oficios “habría que darle muchísima más difusión porque en Galicia sería una propuesta diferenciadora. Cuando el turista viaja, quiere conocer más y mejor a la gente del lugar, a los productos y los productores tradicionales y/o más representativos de ese sitio, a su cultura…”, sostiene. Pero entona el mea culpa al reconocer que “a los talleres nos falta contar con un espacio de exposición y venta de lo que hacemos, porque muchos artesanos tenemos el taller muy preparado para trabajar, pero nada acondicionado para ser visitado”.

gundivós

» Ubicada en un edificio de 1765, la Rectoral de Gundivós es, desde el año 2003, un centro de divulgación de la alfarería tradicional de esta parroquia del municipio de Sober, de iniciativa privada. En ella, el turista puede contemplar piezas centenarias expuestas en diferentes salas, visitar la típica cocina tradicional de la época -con su lareira- y asistir a una demostración en vivo de una de las alfarerías más ancestrales de la Península Ibérica, caracterizada por el empleo del torno bajo impulsado con la mano, la cocción con leña y los acabados con pez (fusión de resinas naturales) para su impermeabilización, lo que le imprime unas características diferenciales. “En las demostraciones, que se realizan en el patio interior del pazo, el alfarero explica todo el proceso y la historia de esta cerámica, una técnica de lo más antiguo que te puedes encontrar en Europa y que se realiza a partir de arcillas del propio pueblo”, explica Elías González, impulsor de este centro divulgativo. La Rectoral tiene un horario de invierno y otro de verano, pero las visitas guiadas deben reservarse con antelación. Un plus en esta experiencia es la doble vertiente del complejo, que desde el año 2016 también alberga una bodega acogida a la DO Ribeira Sacra. “Decidimos fusionar las dos actividades en las visitas porque la cerámica de Gundivós siempre se empleó en el sector del vino”, añade González, quien señala la importancia que el turismo puede tener para que se mantenga vivo este oficio tradicional.

redeiras corme

» Las redeiras de la asociación Illa da Estrela de Corme (Ponteceso) vieron en la confección de bolsos, sombreros y bisutería a partir de material descartado un complemento idóneo para su actividad diaria, pero pronto descubrieron que también era un excelente recurso turístico. Y es que cada año reciben a más visitantes en su pequeño taller del puerto, donde apenas cuatro mujeres elaboran todo tipo de piezas a partir de restos de aparejos. La mayor parte de los turistas acude en verano, pero también en puentes y fechas señaladas. “Les atrae mucho vernos trabajar porque es un oficio poco conocido y, de hecho, muchas veces llegan hasta nosotras preguntando por los puertos cercanos dónde están las mujeres que trabajan con redes”, explica Rosa Isabel Vidal, presidenta de la Asociación. Ellas están orgullosas de enseñar su oficio y de ponerlo en valor porque “forma parte de la cultura de los pueblos marineros de Galicia”. Y tanto interés despierta que, en un día de mucha actividad, pueden pasar por su taller en torno a 100 personas. “Vienen de Galicia, del resto de España, pero también de Francia, Alemania… y muchos de ellos no saben ni que las redes con las que trabajamos sirven para pescar”, explica la redera. El trabajo de estas mujeres es cada vez más conocido pero, a pesar del apoyo que desde un principio les brindó la Fundación Artesanía de Galicia, y también el Concello de Ponteceso, echan en falta “más promoción de actividades como la nuestra. Deberíamos tener un espacio permanente donde poder exponer. El trabajo que realizamos, además de ser muy bonito ya que es todo manual, es muy interesante -sostiene Rosa Vidal- porque partimos de una herramienta fundamental para la pesca que, en vez de tirarse, se transforma”.

carpintería ribeira

» Que el mar ha sido y es fuente de riqueza para Galicia es indudable, y no solo en lo que tiene que ver con la actividad extractiva. Son muchos los oficios que describen como pocos la relación de este país con todo lo que el mar ofrece. Algunos de ellos sobreviven a duras penas o están casi desaparecidos. Tal es el caso de la carpintería de ribera, un trabajo artesanal del que hoy quedan contados ejemplos. En el municipio de Outes, la Ruta de los Carpinteros con los Pies Mojados nos recuerda la importancia que este oficio tuvo en la zona. No en vano, en la primera mitad del siglo XX llegaron a vivir de la carpintería de ribera medio millar de familias del lugar. De algunas de las carpinterías apenas quedan tres o cuatro piedras en pie, mientras que otras están mejor conservadas y permiten hacerse una idea de cómo era la construcción artesanal de barcos. El Concello de Outes va a rehabilitar uno de los astilleros para convertirlo en un centro de interpretación. Está situado en la zona de Broña y es una de las paradas obligadas en la Ruta. El otro astillero que se visita es el de San Cosme, en el que se aprecia una rampa de acceso en muy buen estado y una zona de cobijo. “La Ruta va toda por el litoral, es un camino precioso al lado de la ría y se pueden ver numerosos vestigios. Además, está perfectamente señalizada”, comenta Jesús Mato, de la Asociación Terra de Outes, que colaboró en la puesta en marcha de la Ruta. Y, de visita por Outes, nada mejor que acercarse a alguna de las cuatro artesanas de la parroquia de Santo Ourente que siguen elaborando a mano los famosos ‘sancosmeiros’, típicos sombreros de paja de centeno muy apreciados para las labores agrícolas.

pan de cea

» ¿Y qué decir del oficio de panadero, uno de los más tradicionales y sacrificados? Visitar un horno de pan y charlar con sus responsables es comprender la dureza de los horarios, la exigencia con la que se trabaja para alcanzar la máxima calidad. Y si en Galicia hay un pan cuya fama traspasa fronteras, ése es el pan de Cea. En O Forno do Carlos (que forma parte de la Ruta del Buen Pan de España), Rosa María Villarino y José Antonio Rodríguez, séptima generación de panaderos de esta familia de Cea, no se cansan de recibir visitas y explicarles los entresijos de su profesión. “Les llama mucho la atención cómo se hace y de qué está hecho el pan, sobre todo la masa madre. También nos suelen preguntar cuándo descansamos, porque les parece muchísimo trabajo”, explica la panadera. “Un día -recuerda- hasta nos visitó Butragueño y tan contento quedó que nos recomendó y, poco tiempo después, apareció por aquí Corbalán”. Y es que famosos o anónimos, nadie puede resistirse al olor del pan recién hecho y al sabor de una hogaza elaborada con tan buena materia prima y tanta meticulosidad. La querencia por lo artesanal y natural y la fama del Pan de Cea atrae a cientos de visitantes cada año a este horno, algunos con estadía planificada y otros con parada improvisada de paso por la zona. “Nosotros tenemos las puertas siempre abiertas y recibimos a quien pare y quiera ver el horno”, dice Rosa. Eso sí, mejor no hacer coincidir la visita con el escaso tiempo de descanso de estos infatigables artesanos del pan.

 

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