El presidente del Grupo Terras Gauda, José Mª Fonseca Moretón, el CEO, Enrique Costas y el Director enológico de la bodega, Emilio Rodríguez presentaron este jueves -junto con de Ángela Ribeiro, investigadora científica del CSIC (Centro de Automática y Robótica de Madrid CAR), Joao Valente, profesor en UAVs (drones), Robótica e Inteligencia Artificial en la Universidad de Wageningen (Holanda) y Sergio Álvarez, Project Manager en el departamento de Consultoría y Software de Seresco- el proyecto internacional que está desarrollando la bodega de O Rosal. Esta iniciativa pionera en España se caracteriza por reducir el impacto de la huella medioambiental y por optimizar la gestión del viñedo, interceptando casi al milímetro cualquier posible enfermedad que ataca a la vid. Estos son los retos que se marca Terras Gauda, bodega que forma parte del consorcio europeo de 16 empresas y ocho grupos científicos que impulsa FlexiGrobots.
Así, el viñedo de O Rosal ha sido el campo piloto elegido en España para realizar este ensayo, que ha consistido en comprobar cómo el sistema de robots diseñado en el marco de FlexiGrobots complementa y sirve de apoyo a la labor que están realizando los vendimiadores en el momento clave del año para la bodega. Para verificar el buen funcionamiento de este sistema, éste se apoya en la utilización de drones, los cuales han facilitado imágenes aéreas en tiempo real sobre el estado sanitario de las parcelas y de los racimos. En una próxima fase, está previsto que los robots terrestres, equipados con sensores y visión artificial, puedan ser programados para acudir a los lugares concretos en los que hay que intervenir, una vez que ratifiquen que la información y las imágenes recibidas son correctas. Por ello, la demostración de su correcto funcionamiento en un entorno real es el primer paso para continuar avanzando en este proyecto de tres años de duración.
Una de las principales ventajas de la utilización de robots de observación vitícola es que la aplicación de tratamientos localizados permitirá, entre otras cuestiones, reducir la huella medioambiental y generar impacto positivo en la conservación del entorno, al mismo tiempo que permite acortar los tiempos e iniciar con mayor rapidez los procesos que se siguen para la elaboración de los vinos, lo que redunda en una mejor calidad. Por su parte, el robot terrestre permite trasladar las cajas con las uvas ya recolectadas, lo que facilita el trabajo de los vendimiadores.
La interpretación de estos datos obtenidos mediante inteligencia artificial es de gran valía ya que proporcionará conocimientos muy exactos sobre los estados de la vid y de los diferentes terrenos para determinar cuáles son los cuidados precisos en cada momento. “En Terras Gauda contamos con 160 hectáreas de viñedo propias, con parcelas diferenciadas donde cultivamos tres variedades autóctonas: Albariño, Caíño Blanco y Loureiro. Tener toda esta información significa un importante avance en la optimización de recursos y una mejora de la sostenibilidad medioambiental y de la calidad de la uva para la producción”, recalca el enólogo Emilio Rodríguez.
Cabe destacar que el proyecto está financiado con 7 millones € por el programa marco europeo Horizonte 2020 y que el consorcio internacional trabaja en la actualidad en perfilar una herramienta que permita realizar operaciones con la máxima precisión, de forma muy delimitada, para poder adoptar decisiones inmediatas basadas en la evidencia de los datos.