“No hice caso a mis padres y estudié Periodismo”. Así se presentaba en sus primeros años como profesional la periodista y escritora Sonsoles Ónega, nacida en Madrid pero gallega de ascendencia. La suya es una de las caras más reconocibles de la televisión en España, en la actualidad al frente de las tardes en Antena3 con ‘Y ahora, Sonsoles’. Pero, además, su faceta como escritora la ha llevado a ganar el Premio Planeta 2023 con ‘Las hijas de la criada’, una historia sobre dos niñas gallegas intercambiadas al nacer ambientada en “la Galicia del mar de 1900”, que se publicará el 8 de noviembre y que aspira a ser en todo un superventas. En el número 9 de La Alacena Roja charlábamos con ella sobre sus gustos a la hora de comer, beber y viajar.
¿Cuál es el primer viaje que hizo por tu cuenta?
A Cuba, a La Habana, en un viaje universitario.
¿Qué es lo primero que comprueba cuando entra en la habitación de un hotel?
Si tiene mampara o cortina la ducha.
¿Cuál es su viaje soñado?
El que repito siempre. A la Catedral de Santiago de Compostela, que lo hago cada año.
Si le perdiesen la maleta ¿qué es lo que más echaría de menos?
Mis gafas de ver porque soy super miope y las suelo llevar en el neceser.
¿Cuál es el suvenir más insólito que ha comprado alguna vez?
No sé… ah sí, unos dientes de tiburón ballena en una isla de México.
¿Con qué personaje daría la vuelta al mundo en 80 días?
Me hubiera encantado dar la vuelta al mundo con Gabriel García Márquez.
Su peor recuerdo de un viaje es…
Fue en Bulgaria porque tuve un cólico terrible y acabé en una camilla de hierro en un hospital que no sabía ni dónde estaba. Una cosa terrible.
¿Qué es lo más extraño que ha comido en un viaje?
No sé, porque no soy de probar cosas raras…
¿Cuál es su trago preferido y el mejor momento para tomarlo?
Aguardiente puro en una noche de verano estrellada. Eso me encanta.
¿Qué menú hubiese puesto en la última cena?
Centollas.
Confiésenos, ¿cuál es su vicio gastronómico?
Los percebes.
Cuando tiene invitados en casa ¿con qué plato triunfa?
Soy súper mala cocinera, pero quizá una de las pocas cosas que me salen bien son los calamares en su tinta.
Foto: Binart
