Sol, playa y arena es el plan que más se repite durante el verano, pero no es el único que podemos hacer. Y es que nuestra comunidad ofrece un sinfín de posibilidades para disfrutar del tiempo libre y, a la vez, aumentar el conocimiento. Por ello, recapitulamos los museos más curiosos en los que conocer el pasado, el presente y quizá el futuro de la idiosincrasia gallega desde diferentes puntos de vista.
Parafraseando la conocida expresión ‘de oca a oca y tiro porque me toca’, este verano es el momento de ir de museo en museo. Bien es sabido que Galicia cuenta con una historia apasionante, hechos que a lo largo de los años han acabado construyendo las bases de nuestra sociedad. Así, estos sucesos han dado vida a espacios que a través de sus paredes nos muestran de dónde venimos y hacia dónde vamos. Con el fin de ofrecer planes alternativos para exprimir al máximo la temporada estival -y ya, de paso, resguardarnos del calor- proponemos siete museos esparcidos por las cuatro provincias que sorprenden por la particularidad de su contenido.
Museo Massó de Bueu
La visita al Museo Massó nos sumerge en la aventura de la conquista del mar durante la época de las grandes expediciones marítimas y nos ofrece una experiencia de conocimiento sobre la explotación de sus recursos, todo ello mediante un recorrido por la historia de las industrias pesqueras: la salazón, las conservas y la industria ballenera. Emplazado en los edificios más añejos de la conservera que le da nombre, en la actualidad es el máximo exponente museístico de la unión de Galicia con el mar. Sus orígenes se remontan al año 1928, cuando fue concebido por la familia Massó para albergar sus joyas bibliográficas y antigüedades náuticas -setenta años más tarde se abrió de nuevo bajo la tutela de la Xunta-. Este espacio cuenta con una exposición permanente que gira en torno a dos áreas temáticas que se retroalimentan: la conquista del mar y la explotación de sus recursos. Tras visitar estas zonas, el itinerario continúa en el apartado dedicado a la actividad portuaria y concluye en la fábrica de salazón -datada del siglo XIX- que formaba parte del complejo industrial Massó y que fue recuperada recientemente.
Museo del Humor de Fene
Con el objetivo de dar a conocer a los humoristas gallegos al resto del mundo y de difundir la educación artística, se instauró en 1984 en la Casa de la Cultura de Fene el Museo del Humor, un espacio abanderado por uno de sus mayores impulsores: el dibujante Xaquín Marín. Este centro, singular y único en Galicia, dispone de distintas salas que proporcionan a los visitantes un contacto con los principales referentes del humor gráfico gallego, nacional e internacional como son Siro, Reimundo Patiño, Forxán, Luís Davila o Kiko Dasilva, entre otros. Además, el museo cuenta con un rincón reservado a la caricatura y con dos zonas temáticas dedicadas al humor negro y a al cómic. Cabe destacar que tiene también a lo largo de sus estancias diferentes elementos; entre ellos, objetos graciosos o una colección de piedras.
Centro de Interpretación O Quinteiro de Temperán de San Vicente do Grove
Hay lugares en los que el tiempo se detiene, rincones donde la filosofía ‘slow’ lo inunda todo. Precisamente, en estas líneas incluimos a uno de ellos: el Centro de Interpretación de O Quinteiro de Temperán, ubicado en San Vicente de O Grove. Este peculiar espacio recrea una antigua casa agraria que refleja el mundo rural gallego del siglo XVIII, siendo un lugar de aprendizaje y museístico de la etnografía agraria del país. “La idea del proyecto empezó hace más de quince años, pero nunca pensé que se iba llevar a cabo si no llega a ser por la crisis. Comenzamos a hacer la obra en el 2012 y hasta el 2018 no se puso en marcha. Hicimos todo con nuestras manos”, relata Quin Parada, su impulsor. El centro, que busca transmitir a las nuevas generaciones cómo era la vida antaño, se divide en dos partes: la casa familiar, inspirada en el hogar de la abuela de Parada, y la zona de trabajo. Otra de las patas de este espacio tan singular es la gastronomía, eso sí, manteniendo la esencia de O Quinteiro. “Aquí se puede venir a comer o a cenar, pero realmente es como venir a comer a la casa de la abuela, tú no escoges el menú. Vas a comer lo que nosotros ponemos en la mesa y siempre en concordancia con la estación del año”, explica Quin. Asimismo, Parada agrega que “hay dos formas de comer: comidas en el cubierto, que son las representaciones de trabajo; y las comidas en la lareira, que son las comidas familiares, otra recreación”. Y es que la particularidad de este centro es que si visitamos su casa nos encontraremos a él y a sus hermanos ficticios vestidos de época ya que interpretan a una familia tradicional gallega, casi nada.
Museo Etnográfico y de la Historia de San Paio de Narla
Ubicada en Friol (Lugo), la Fortaleza de San Paio de Narla fue adquirida por la Deputación de Lugo en el año 1938 gracias a la gestión e intercesión de Manuel Vázquez Seijas. Posteriormente, en 1983 el organismo provincial convirtió este lugar en un museo histórico y etnográfico. La construcción primitiva de la Torre de Xiá, también llamada San Paio de Narla, posiblemente data del siglo XII o XIII, aunque los primeros documentos que hacen referencia a ella son del siglo XIV. La historia nos cuenta que la fortaleza fue derribada en las revueltas de los Irmandiños y fue reconstruida en el siglo siguiente. Así, el edificio se compone de tres cuerpos y una capilla exterior. La planta baja -formada por el patio, las cuadras y la bodega- acoge una colección de aperos agrícolas y diversos objetos de equitación, entre otros. Por su parte, en la parte alta está una cocina, un salón y otras estancias en las que podemos ver objetos artísticos, mobiliario y menaje doméstico. Ya en la última planta, destaca una chimenea renacentista y las vistas al entorno de la fortaleza. De la capilla despunta su interior, en el cual se encuentra un retablo del siglo XIX.
Museo del Juguete y la Marioneta de Lalín
Lalín es un municipio reconocido internacionalmente por su plato estrella, el cocido. Sin embargo, esta localidad pontevedresa ofrece mucho más al visitante. Precisamente, es allí donde se encuentra un espacio que nos invita a volver a la infancia: el Museo del Juguete y la Marioneta, denominado ‘Imaxina’. Bajo este sugerente nombre y repartido por varias salas del Pazo de Liñares, descubrimos este peculiar museo que nos acerca al mundo mágico del juguete y las marionetas. Así, en este edificio encontramos una colección que cuenta con más de mil piezas y recoge trebejos relacionados con el transporte o los animales, entre otros. Empezamos la visita en la planta baja, donde se encuentra una sala dedicada al circo, al cine y las marionetas, así como una proyección audiovisual creada exclusivamente para el museo. Continuamos en el entresuelo, donde se dan cita dos espacios llenos de juguetes de diferentes estilos y épocas, lo que nos permite conocer su evolución a lo largo de los años. Ya en el primer piso destacamos el teatro, lugar donde se celebran espectáculos de marionetas y de sombras chinescas. Asimismo, ‘Imaxina’ guarda una zona a los cabezudos, figuras relevantes de la cultura popular gallega. Y, cómo no, no podía faltar en el museo un homenaje a José Silvent (“Barriga Verde”), quien recorrió Galicia con sus espectáculos a principios del siglo XX.
Museo de la Moda de Allariz
Uno de los pueblos con más encanto de la provincia de Ourense, por varias razones, es Allariz. Una de ellas es su complejo museístico, compuesto por pequeños espacios fruto de la antítesis del pasado y del futuro. Un conjunto de museos con autenticidad que hacen de la memoria un compromiso con el futuro a través de la historia reciente. Por ello, nos centramos en uno de ellos, el de la Moda. Ubicado en la casa de los Castros Oxea, un edificio señorial del siglo XIV, este museo, pionero en nuestra comunidad, gira -de forma interactiva- sobre el sector textil en Allariz, recreando la vida de la localidad en el pasado. Así, este espacio recrea principalmente el cultivo de lino que fue tan importante en Galicia y pone en valor a los sastres y a los modistas antes de que el textil se convirtiera en lo que es hoy en día, una gran industria. Asimismo, en la última planta de este rincón alaricano se hace un recorrido por la historia de la moda y los cambios producidos hasta la actualidad a través de una pasarela.
El Hall escape del Museo-taller da Olería de Niñodaguia
En pleno corazón de la Ribeira Sacra se asienta el Museo da Olería de Niñodaguia, un lugar en el que podemos hacer un viaje al mundo de la alfarería. Como novedad, esta temporada este museo estrena un “hall escape”, un flamante juego único en el panorama museístico del país. Esta iniciativa, financiada con el Plan de Sostenibilidad Turística, nace con el objetivo de dinamizar un espacio expositivo clásico, dotándolo de una alternativa para acercar la cultura a los visitantes de una forma completamente distinta. En esta línea, sobre una reproducción de un torno ‘oleiro’ de Niñodaguia, el “hall escape” denominado ‘Operación Monte do Barro’ sigue la dinámica de los ‘escape room’, donde el grupo debe resolver las pruebas que se le plantean, en un tiempo limitado, para conseguir el premio final: salvar a la olería de Niñodaguia de su extinción. Esta actividad está indicada para grupos de entre dos y ocho personas con una edad mínima recomendada de siete años. Sin duda, un plan divertido para hacer este verano y, ya de paso, conocer la riqueza del entorno natural de la zona en la que se emplaza.