Desde hace años se está intentando impulsar en Galicia la opción turística de la náutica que no solo es importante por el inmenso litoral gallego, sino por las impecables instalaciones náuticas que jalonan el amplio corredor costero de Galicia que marida con el Atlántico (y el Cantábrico). Quizá sea esta vertiente del turismo la única que no se depreció en los mismos valores que los viajes aéreos, los cruceros o los terrestres, llámense vía ferrocarril o autobús.
Galicia dispone de una gran cantidad de clubes náuticos que, además del fomento del deporte de la vela son referencias para un perfil de visitante que, a partir de su alto nivel adquisitivo, es de sumo interés para el mercado receptor gallego. Y este no es un dato menor puesto que durante el pasado año 2021 el turismo náutico creció en toda la península a pasos agigantados, experimentando un incremento del 12% en las matriculaciones de embarcaciones siendo uno de los motores de la recuperación turística que cayó en un pozo durante el 2020. Y con esas expectativas entramos en el actual ejercicio 2022, donde aquella tendencia experimentada un año atrás se consolidó definitivamente registrándose el mayor número de reservas de barcos. Aunque los visitantes mayoritarios a Galicia provienen del mercado doméstico, el europeo se estima que puede representar el 35% de las reservas de amarres. A nivel nacional el destino de origen de los visitantes lo encabezan Francia (14%) y Alemania (10%) y posteriormente el resto de mercados extranjeros, que incluyen entre otros, a Estados Unidos o Rusia, que suponen un 7%.
Pero además del incremento de los registros de visitantes que arriban a España y concretamente a Galicia en sus propias embarcaciones, no menos importante son aquellos viajeros que visitan un puerto o una costa por primera vez y que suelen reservar embarcaciones con patrón de barco, que en este caso actúa como prescriptor del destino. En este sentido y por nacionalidades, los viajeros que más reservan embarcaciones en la costa española son los británicos, alemanes, holandeses, y en menor medida, los italianos, todos ellos principalmente navegan en julio y agosto.
En España los puertos de Menorca, Ibiza, Mallorca, la Costa del Maresme (Barcelona) y la Costa Brava (Girona) son los destinos más demandados por el viajero náutico; sin embargo Galicia se está convirtiendo en uno de los nuevos destinos que busca este segmento del turismo, y lo hace fundamentalmente porque la costa gallega no deja de ser un descubrimiento para el viajero, un rumbo relativamente nuevo dentro del abanico de referencias europeas ya consolidadas para el turismo náutico. Además, en cuanto al perfil de este tipo de viajero, Galicia cuenta con una ventaja destacada ya que entre los planes de este turista están el disfrute de la gastronomía, territorio donde ofrecemos mucho y bueno y el deporte (náutico se entiende).
Por otra parte, también Galicia se beneficia con las estadísticas que resaltan que las principales motivaciones para elegir un plan náutico son descubrir lugares poco explorados (como aún es el caso de este territorio, con permiso del Xacobeo) o relajarse en compañía de familiares y amigos.
Por todos estos apuntes que, valorados en su conjunto y de forma regional, apreciamos que representan un mercado de sumo interés turístico para Galicia es que desde La Alacena Roja aceptamos la atractiva invitación del Real Club Náutico de La Coruña para participar de una regata exclusivamente para periodistas con especial dedicación al deporte y/o turismo.
La experiencia no pudo ser más gratificante en una jornada a pleno sol, donde a pesar de la escasa aportación del viento, la docena de incipientes marineros intentamos adquirir los conocimientos más básicos del deporte náutico, donde el vocabulario (cabo, barlovento, sotavento, proa, popa, baliza, abatimiento) es fundamental como iniciación el deporte de la vela.
Y tan bien aprendimos (gracias a la tutoría del joven maestro de la Escuela de Vela del club coruñés) que los cuatro tripulantes del J 80 nos alzamos con las victorias en las tres mangas (carreras) realizadas a lo largo de las más de dos horas en la escuela del mar.
La amable atención y mejor trato por parte de todos los responsables del club náutico; la buena camaradería entre los neófitos participantes, el reparador y sabroso almuerzo y sobre todo la incipiente pìcadura de afición a este deporte náutico hicieron de esta jornada una experiencia tan divertida que esperamos poder volver a compartir en otra ocasión.