Hablar de baristas ya no es nuevo (por suerte) y a todo el mundo le viene a la mente algún video de Instagram donde se ve a alguna persona realizando latte art y/o dibujos con siropes, sifones, esferificaciones y un largo etcétera.
Pero, ¿realmente podemos llamarlos baristas? Si nos remitimos al Diccionario de la Lengua Española de la RAE nos encontramos que este término no se documenta. Sí encontramos múltiples referencias en publicaciones más o menos profesionales donde se nos explica el significado. Independientemente del origen o de la veracidad histórica del término, esta palabra y el puesto de trabajo al que hace referencia han venido para quedarse.
Hoy vamos a hablar de lo que considero, como docente en centros públicos de Formación Profesional, que es un barista. Lo primero que hay que hacer es tener respeto por uno mismo, por la materia prima y también por el cliente al que vamos a servir. Por eso, los puntos más importantes que debe conocer un profesional que quiera ser barista son: la limpieza e higiene, la maquinaria y conocer la materia prima (café, leche, etc.). Será fundamental todo el proceso “de la finca a la taza”; ser respetuoso con todo el trabajo y la dedicación de las familias o las empresas que cultivan los granos de café y, por supuesto, con la naturaleza en todo este proceso.
Pero no se trata de “soltar” datos técnicos sobre la materia prima, sean estos la curvatura de tueste, el primer crack, la temperatura y el pH adecuados del agua o la cantidad de selenio que contiene la leche. Porque lo que buscamos es darle al alumnado herramientas para que sepan adaptarse y entender el café que están trabajando. Por ello, es fundamental que experimenten y que tengan errores, porque los errores forman parte del aprendizaje y muchas veces les ayudarán más que si simplemente les damos el discurso hecho.
Es por esto que debemos procurar que cuando vayan a la empresa tengan capacidad de reflexión y sepan, por ejemplo, que pueden hacer distintas correcciones ante un café mal hecho, consiguiendo de esta manera una mejor taza.
Otro de los objetivos es que el café, una de las bebidas más consumidas del mundo, reciba el trato que merece, para y por el cliente. Consiguiendo un cliente satisfecho con el sabor en taza, y, si el trato en el servicio es el adecuado, seguro que volverá a nuestro establecimiento.