Porque estar al día nunca fue tan fácil

Cuando se aúnan conocimiento, experiencia y oportunidad, el éxito está casi asegurado, aunque a veces el camino se haga muy cuesta arriba. Estos son los pilares en los que se asienta el nuevo proyecto de Pepe Albela, que arrancó el pasado 1 de julio en el concello de Vedra y que tuvimos la oportunidad de conocer de primera mano en una visita exclusiva de manos del maestro destilador.

Y es que, desde sus 8 años, cuando ya correteaba entre alambiques, botellas y plantas aromáticas, a los 20, cuando con tanta pasión como atrevimiento dirigió su primer proyecto de destilación en la empresa familiar (conocimiento); Pepe Albela, profesional y hacedor de una extensa lista de exitosas marcas puestas en el mercado (experiencia); encara un presente como maestro destilador que lo encuentra con la misma ilusión como la de aquel niño (oportunidad). “La verdad es que esta nueva experiencia siempre ha sido mi sueño. Llevo el tema de los destilados en la sangre y creo que éste es el momento de enseñar la artesanía y cómo se elaboran los destilados en Galicia. Ésta es nuestra fortaleza, con la que competir con las grandes multinacionales de destilados que existen en el mercado”, enfatiza Albela.

Y este sueño hecho realidad cobra forma a través de una experiencia que es la primera y única en Galicia. Un viaje por distintas localizaciones de Vedra como iniciación a la elaboración de tres destilados diferentes -ginebra, whisky y ron- donde, además de caminar entre una escenografía de alambiques, depósitos, barricas y sugerentes obras artísticas, los visitantes podrán disfrutar de una cata de cada una de estas bebidas.

Destilerías Pepe Albela es la denominación correcta de esta aventura iniciática, pensada para grupos de no más de ocho personas, que comienza como debe ser en la propia tierra gallega. Así, la primera estación a visitar de este itinerario es el jardín donde Albela cultivará sus propios botánicos (enebro, salvia, menta, hierba luisa, etc.), infaltables plantas para aromatizar y dar un toque mágico a sus elaboraciones. “El éxito asegurado de una buena ginebra lo aporta la calidad de las materias primas con que se elabora. No vale de nada tener el más completo y moderno alambique si no se sabe de dónde provienen los ingredientes que se emplean para hacerla. Éste es el secreto de una buena ginebra y lo que nos diferencia: controlamos todos los procesos de elaboración que, además, son productos gallegos”, reconoce el destilador, que apunta que este jardín estará a pleno rendimiento en unos cuatro años.

La segunda parada, cercana a la gran casona de hospedaje para los visitantes, es en una sala de cata acristalada en medio de la naturaleza donde se prueba su ginebra 311, que salió al mercado a principios del 2024. Conviene destacar que además de disfrutar de las diferentes elaboraciones, lo atractivo de este recorrido lo aporta el buen gusto y originalidad de las destilerías, donde la ambientación interior y hasta los colores tienen su razón de ser.

Una vez catada la ginebra, y gracias a un trasporte propio con varias plazas, el visitante descubrirá el silencioso encanto de la destilería donde se hace el whisky Leria, la nueva marca de Pepe Albela. Aquí, y siempre en compañía de este aventajado destilador, se irán revelando algunos de los secretos de la elaboración de este destilado tan afamado, producido en este caso en esta coqueta destilería gallega. “Ahora mismo estamos en condiciones de elaborar un máximo de 3.000 botellas de whisky al año, pero nuestra idea es que en unos cuatro años todo el cereal para su elaboración sea gallego y producto de una finca de 60 hectáreas que tenemos en la provincia de A Coruña”, explica el vedrés.

Pero con la misma singularidad con que elabora cada destilado, Albela buscó identificar cada espacio y rincón de sus destilerías. Así, el fondo negro de la sala de cata del whisky se debe a que “este color me recuerda al alpendre de mi casa de pequeño, donde comencé a sentir el gusanillo de saber y conocer más sobre estas bebidas que fabricaba mi padre”, se sincera con un punto de emoción el maestro destilador que, como buen anfitrión y para mayor gusto del visitante, relata anécdotas y pequeñas historias de su pasado entre alambiques y amor por el terruño. Igual de atractivas resultan varias obras colgantes realizadas en esta destilería por un artista local que semejan unos rostros curiosos (¿los visitantes quizá?) y un campo de cereales como una representación artística del origen del buen Leria que catarán en este lugar. Por cierto, con total franqueza, Albela nos comenta que uno de los secretos del whisky es que está macerado en diferentes barricas de vino tinto de las variedades brancellao, caíño y sousón, cuyo blend y la sapiencia del destilador han derivado en un whisky de excelente calidad.

El viaje finaliza en una cuarta estación: la tienda, donde el rey es el ron. “Se llama 2 Hermanos -apunta Albela- porque así se llamaba el hotel de mi abuelo en Cuba; y lo elaboramos con una selección de diferentes rones que traemos desde distintas islas del Caribe”, explica. De esa selección de rones, Albela realiza un blend que hace envejecer durante un año en barricas que albergaron vino albariño para luego, en botella, darle una crianza submarina de seis meses en aguas de la ría de Arousa. Otro secreto: la porosidad del corcho del ron.

El mismo vehículo con que Albela nos trasladó hasta sus diferentes estaciones es el que, a solicitud del visitante, los recogerá en los aeropuertos o estaciones de tren o bus de Santiago, Vigo o Pontevedra para realizar este viaje experiencial inimitable y sorprendente.

 

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