Que el Ribeiro está viviendo una época dulce es más que patente, entre otras cosas, por la apuesta que están haciendo por este territorio importantes grupos bodegueros. Uno de los ejemplos más destacados de este fenómeno es el de Carlos Moro, con dos adquisiciones en esta Denominación de Origen (además de otra bodega en Rías Baixas). De las dos, la primera fue Casar de Vide, una pequeña bodega situada en Castrelo de Miño donde el empresario y bodeguero lleva seis años elaborando vino, pero es ahora cuando luce renovada y dotada de la última tecnología.
Para su inauguración, la familia Moro se acompañó de las más altas autoridades gallegas, con Alfonso Rueda a la cabeza, pero también de otros viticultores y bodegueros gallegos, de sus proveedores, de distribuidores y hosteleros y, en definitiva, de amigos. “Tras años de reacondicionamiento y mejoras para dotarlo de la más avanzada tecnología enológica, podemos por fin abriros la puerta de nuestra Casar de Vide, la casa de la vid, nuestra casa y también la vuestra”, señaló en su discurso.
La bodega ha sido renovada por completo, implementando nueva maquinaria como un conjunto de intercambiador de frío, sistemas de digitalización y maquinaria de alta tecnología para sus procesos de elaboración. De igual manera, se han instalado sistemas de producción y almacenamiento de energía fotovoltaica, hasta hacerla autosuficiente en materia energética. También se ha creado una pequeña sala expositiva y de catas que preside un imponente fudre, avance de cosas que están por venir.
Por el momento, en la bodega de Castrelo de Miño –donde este año se producirán en torno a 95.000 litros de vino, si bien tiene capacidad para más del doble– se elaboran dos vinos, Casar de Vide y CM Viña Tenencia, ejemplos de la riqueza varietal de O Ribeiro y que combinan métodos de elaboración de alta tecnología con la forma tradicional de esta denominación de reconocimiento internacional. “Nuestro objetivo es honrar a la tierra y a la historia a través de la elaboración de vinos excepcionales. Nuestro compromiso es la excelencia y Casar de Vide será embajador de Galicia en los 80 países en los que estamos presentes”, añadió el empresario.
Por su parte, el presidente de la Xunta de Galicia mostró su agradecimiento “al trabajo de grupos enológicos tan prestigiosos como Bodegas Familiares Matarromera por invertir en un sector de tanta trascendencia para nosotros como es el vino y contribuir a la enorme riqueza que representa este sector para Galicia. No cabe duda de que bodegas como Casar de Vide contribuyen al éxito de los vinos gallegos”. La Xunta de Galicia colaboró en la ejecución de los trabajos de reforma de las instalaciones con 200.000 euros.