Llega al mercado la segunda edición de la Mustache ‘de batea’. Doscientas botellas de esta cerveza estuvieron sumergidas durante meses sujetas a las cuerdas de una batea a 10 metros de profundidad, en las Rías Baixas, un proceso que genera “una maduración y fermentación únicas en la propia botella” -explican desde la cervecera- gracias a la temperatura constante y al movimiento del océano Atlántico. “La tercera maduración bajo el mar ha sofisticado sus características, logrando así un efecto similar al batonnage del champán gracias las levaduras de la cerveza que están en suspensión. Esta acción permite obtener una cerveza con un paso más fresco y sedoso en boca”, explica Óscar Cascallana, CEO de Mustache Cerveza.
Todo comienza en las Rias Baixas, donde se obtiene el agua de mar que se recoge para elaborar la Mustache Lager. Esta agua se filtra para el consumo y se lleva al Brew&Hub del grupo Mahou San Miguel donde se elabora la cerveza estilo Pilsner de la cervecera gallega. Al aproximarse la época otoñal, se seleccionan una serie de botellas -200 en esta edición- que serán las elegidas para pasar unos meses debajo del mar. Debido a la acción propia de la naturaleza, las botellas se sellan con lacre para evitar que el oxígeno entre en la botella y dañe la cerveza. Una vez lacradas, las botellas se transportan hasta las bateas donde se sumergen y comienza su nueva maduración entre dos y tres meses. El resultado es “una cerveza que vuelve a su origen”, proclaman desde la cervecera.
Este año, en apoyo a la hostelería, se han reservado unas botellas para el restaurante Abastos 2.0 (Santiago de Compostela), cuyos clientes podrán probar esta exclusiva creación de Mustache.