Porque estar al día nunca fue tan fácil

Mocay, la marca de cafés de Pascual, ya es 100% tueste natural. De esta manera, la marca navarra de café ha logrado el objetivo que se propuso de conseguir un 0% de torrefacto en sus mezclas de café para finales de 2022, cumpliendo así con el compromiso adquirido hace tan solo dos años. Con este hito, Mocay ha logrado mejorar la naturalidad de toda su gama de productos de manera progresiva y se ha convertido en el primer gran fabricante, dentro del top 20 de marcas de café en España, que elimina este proceso en el fabricado de todo su porfolio.

Para Juan Carlos Rey, director de la Unidad de Negocio de Café Mocay, “este hito supone un paso importante” para la marca. “Afrontamos con determinación la eliminación de un producto que no es lo mejor para nuestros clientes y consumidores, de forma que a partir de ahora todo nuestro producto será de tueste natural. Confiamos que esta iniciativa que hemos abanderado sea respaldada por el sector y consigamos entre todos los tostadores, mejorar la cultura del café y elevar la calidad del café en la hostelería”, añade.

Así, Mocay dice adiós al café torrefacto tras dejar de fabricarlo desde el pasado mes de noviembre en su tostadero de Navarra. En palabras de Juan Carlos Rey, “cada vez hay más voces en el sector que aseguran que el torrefacto devalúa la apreciación del café, y así lo respalda la tendencia del mercado que nos dice que la hostelería apuesta por el tueste natural y que el consumidor, cuando es informado de lo que significa torrefactar, se cambia rápidamente al natural”. “Creemos que se trata de una apuesta ganadora –añade– de cara a nuestros consumidores, que en cuanto habitúen su paladar al cambio, notarán los beneficios del tueste natural de Mocay como una mejora para su salud”.

El tueste torrefacto consiste en tostar el café y en el punto final de este proceso se le añade azúcar (hasta un 15% del peso). El azúcar se funde y recubre el grano, convirtiéndose en caramelo, hasta que su color se vuelve negro brillante. Más allá de la caramelización, el resultado en taza es un café muy oscuro, amargo y fuerte. Este proceso crea una capa protectora que retrasa el envejecimiento del café, algo que podía ser útil cuando no existían las condiciones de envasado actuales. “Además, se utilizan calidades inferiores de café”, apostillan desde Mocay.

A pesar de su popularidad en España, el café torrefacto está empezando a cuestionarse en términos de salud y requiere una ración extra de azúcar para contrastar su sabor amargo.

 

 

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