El confinamiento y la paralización de buena parte de la actividad económica de nuestro país no ha evitado que algunos sectores -entre otros, el alimentario- continuase con su quehacer diario, más si cabe en un momento en el que se ha girado la vista al campo y a las producciones locales. Así, en la IGP Mel de
Galicia, los apicultores han continuado su labor “de forma infatigable” -matizan desde el Consejo Regulador- atendiendo, alimentando y cuidados de las colmenas, una labor que “no solo se realizó para seguir ofreciendo una miel de calidad diferenciada, sino también para proteger a los ciudadanos y evitar la aparición de enjambres en las áreas urbanas”, detalla.
Desde la IGP recuerdan que la miel es “un potente antiviral natural que ayuda a reforzar el sistema inmunológico”, algo que, al parecer, no ha pasado desapercibido para los consumidores pues la IGP ha registrado un aumento de las ventas en las envasadoras de mayor tamaño, “provocando un incremento notable en la solicitud de contraetiquetas por parte de estas marcas que llegan a mercados fuera de la Comunidad”.
Estas buenas cifras de ventas registradas por los envasadores que comercializan principalmente a la distribución no se corresponden, en cambio, con las de los productores de menor tamaño o acogidos a la venta directa, dependientes de la comercialización en pequeñas tiendas, ferias o mercados municipales que aún ahora empiezan a retomar cierta actividad. Por eso, desde Mel de Galicia piden la “colaboración” de los consumidores “en potenciar el mercado local y apoyar a todas las producciones agroganaderas que han visto mermadas sus ventas”.
