Porque estar al día nunca fue tan fácil

Con su famosa escena del balcón en ‘El Reino’, el compostelano Luis Zahera se consagró a nivel nacional como actor dramático -con Goya incluido- y estos días ha sumado un nuevo premio, el Feroz al mejor actor de reparto por ‘As Bestas’. Pese a esa trayectoria cinematográfica, en Galicia, el sempiterno ‘Petróleo’ será siempre reconocido por su vis cómica. Tal es la versatilidad de este histriónico actor que, a caballo entre Ourense y A Illa de Arousa, se nos revela como un amante de la cultura japonesa que, precisamente, tiene como viaje pendiente visitar el país del sol naciente.

¿Cuál es el primer viaje que hiciste por tu cuenta?

Yo creo que fue a Suiza, en el año 80. Iba con un amigo que tocaba la gaita y yo pasaba el gorro. Íbamos de fiesta en fiesta y en Zúrich nos robaron todo y tuvimos que ir al Consulado a pedir dinero para poder regresar. Fue un viaje muy divertido pero que acabó terroríficamente mal.

¿Qué es lo primero que compruebas cuando entras en la habitación de un hotel?

Pues cómo huele, no sé por qué. Primero, el olor. Luego abro la ventana y contemplo las vistas. Reconozco que me hace cierta ilusión cuando entro en un hotel; voy a bastantes por mi trabajo, pero siempre tengo esa ilusión.

¿Cuál es tu viaje soñado?

Japón. Me gustan mucho las películas de ciencia ficción y Japón me recuerda a esas películas.

Si te perdiesen la maleta, ¿qué es lo que más echarías de menos?

Pues nada, en realidad, porque soy un friki de la ropa de segunda mano. Compro mucha ropa de segunda mano, e incluso las maletas, por eso no sería un gran problema para mí. Nunca me ha pasado, pero a mi parte infantil incluso le haría algo de gracia pensar que tu maleta puede estar… en Friburgo.

¿Cuál es el souvenir más insólito que compraste alguna vez?

Una pluma en Hungría. Estábamos allí rodando Alatriste, fui a un mercado y vi unas plumas impresionantes. Me compré una pensando que era para escribir, pero no era para eso. Pregunté para qué serviría entonces y me dijeron que era para usar en pastelería. Pero nunca lo pude confirmar (risas).

¿Con qué personaje darías la vuelta al mundo en 80 días?

Con cualquiera que me llevara con él si me paga el viaje. Incluso con la Guardia Civil.

Tu peor recuerdo de un viaje es…

Lo de Zúrich. Aquella angustia. Dormíamos en un camping y ¿tú sabes lo que es llegar de noche a la tienda y no encontrar absolutamente nada? No teníamos documentación, dinero… un desastre sin paliativos.

¿Qué es lo más extraño que has comido en un viaje?

Bueno, no lo comí realmente. Pero una vez estábamos Shanghái por una promoción y yo, que soy muy fan de los mercados, fui a uno donde vendían un montón de “bicherío”. Estaba lleno de animalejos muertos y pensé que eran unos corderos un poco raros, hasta que me di cuenta de que eran perros. Me vino una onda chunga. Por otro lado, hay cosas con las que no puedo como son la lamprea, la caza o aquel hígado encebollado que tanto se comía cuando yo era pequeño.

¿Cuál es tu trago preferido y el mejor momento para tomarlo?

Me gusta mucho la leche por la mañana, pero mi trago favorito… pues el primer sorbo de una cerveza fresquita cuando hace calor. Tiene que haber terraza y sol.

¿Qué menú hubieses puesto en la Última Cena?

Hígado encebollado. Lo que yo comí, que lo coma el resto. Y para Judas, doble ración.

Confiésanos… ¿cuál es tu vicio gastronómico?

Las ostras. Eso es lo que más me gusta en el mundo.

Cuando tienes invitados en casa ¿con qué plato triunfas?

Uy, yo no cocino nada. Es que yo soy actor, que gracias a Dios me fue bien y me puedo permitir invitar a una buena comida en algún restaurante.

 

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