El conselleiro do Mar, Alfonso Villares, abordó este miércoles con el Grupo de Acción Local del Sector Pesquero (GALP) Costa da Morte el Plan da Cultura Marítima de Galicia Horizonte 2030 (PCUMA) que propone un centenar de medidas para preservar el patrimonio marítimo. La iniciativa tiene por objetivo poner en valor los recursos materiales e inmateriales del mundo del mar en la comunidad y, como señaló el conselleiro, los GALP son los aliados perfectos.
El PCUMA es único y pionero tanto a nivel nacional como internacional; una hoja de ruta que surge fruto de un intenso trabajo y de consultas a personas y entidades de todo el litoral, y realiza un profundo análisis de la diversidad de bienes inmuebles, muebles y patrimonio inmaterial existente en la comunidad, con el fin de que no quede en el olvido. En el caso concreto de la Costa da Morte, el Plan incluirá los tradicionales secaderos de congrio, exclusivos de la localidad de Muxía.
El PCUMA recoge un centenar de medidas a aplicar hasta el año 2030, una trayectoria en la que los GALP tienen un papel muy importante. El documento hace una radiografía de la demografía litoral de Galicia y de su cadena mar-industria, destacando alrededor de 40.000 empleos directos que dependen de ella, así como los múltiples oficios, tanto del pasado como de la actualidad, vinculados al mar. A los marineros, mariscadores, percebeiros, acuicultores o bateeiros se añaden los operarios de conserva, ahumadores, balleneros, saladores, carpinteros, torneros o rederas, entre otros muchos.
Entre las construcciones están los astilleros y carpinterías de ribera, fábricas de conserva y de salazón, lavaderos de redes, viviendas marineras, embarcaderos, faros, lonjas, cementerios o santuarios. En los bienes muebles, están las artes de pesca, las herramientas empleadas por distintos profesionales del mar, útiles de cestería, atuendo y calzado, partes de barcos hundidos y embarcaciones tradicionales. Y en lo que respecta al patrimonio inmaterial, se incluyen las fiestas, la tradición oral y el folclore, a través de canciones, cuentos, leyendas o léxico marinos, además de la cocina marinera, las muestras de arte, la iconografía, los museos o los propios oficios del mar.