Intentar comprender la actual situación que vive la industria de la destilación y reivindicar el valor cultural y social de estos productos fue el motivo de un encuentro con diferentes profesionales que se llevó a cabo en las instalaciones de Aguardientes de Galicia. Bajo la acertada denominación de ‘Last Drop Day’ (el día de la última gota) y a partir de una iniciativa generada e impulsada por el maestro destilador de la elaboradora situada en Vedra, Miguel Ángel Gómez, medio centenar de invitados fuimos partícipes de una conversación tan informal como instructiva por parte de destacados profesionales de diversos ámbitos que aportaron saber y opinión respecto al panorama actual que vive el sector de las bebidas espirituosas en España. “La gente cree, erróneamente, que los que hacemos y ofrecemos aguardientes y otros licores somos los malos de la película”, sentenció como apertura de este encuentro el anfitrión. A partir de aquí se sucedieron interesantes aportes y perspectivas de un oficio milenario que, por desconocimiento, tiene “mala” prensa.
“El destilado tiene un valor cultural y el alcohol no mata, mata el exceso de alcohol, como el de la velocidad, de la comida o de la actividad física”, expresó el médico y experto en nutrición Manuel Puig, quien agregó que “hay que empoderar a la sociedad para que tenga conocimiento de hasta dónde se puede o no consumir estas bebidas”, agregando que “no hay que simplificar los mensajes”. Asunto no fácil de tratar socialmente pero que el doctor en Psicología Joaquim Limonero analiza comentando que “la falta de formación acarrea conductas erróneas, especialmente en los adolescentes” afirma, y aporta datos de una encuesta reciente entre adolescentes de 14 a 16 años: el 71% ha consumido alcohol en el último año y, en el último mes, el 33% de estos jóvenes consumieron alcohol; destacando además que las chicas consumen más que los varones. “Se trata de un comportamiento inadaptativo cuyas causas pueden devenir del estrés, de un estado de depresión o impulsivo y que promueve que muchos estudios se hayan centrado en los aspectos negativos del consumo del alcohol, cuando se desconoce, por ejemplo, que un consumo moderado activa el lado creativo de la persona que lo bebe y ayuda a paliar el deterioro cognitivo”, explicó el profesor.
Por otra parte, un tema que se desconoce -y que el sector debiera destacar- es que el oficio ancestral de la destilación es un patrimonio cultural inmaterial. “Concretamente, la elaboración del aguardiente es un legado”, apunta Jorge Conde, investigador y profesor de Ciencias Sociales de la USC. “Patrimonio como objeto: el aguardiente; y patrimonio como elaboración: la destilación”, explica el investigador.
A su vez, Jean Paul Bouyat, licorero de vocación, afirma que el sector elaborador tiene un código de autorregulación donde “advertimos sobre el consumo responsable de las bebidas espirituosas”. De forma tal que se trata de una industria destiladora responsable, argumentando también que “muchas veces se consume alcohol por otros motivos que no son el fundamental que debiera ser el disfrute de la bebida, sin más”, sintetiza este farmacéutico de profesión. Todos los integrantes de este encuentro coincidieron en la existencia de cierta discriminación hacia los productos destilados, a lo que Bouyat agregó que “nosotros como industria tenemos un mensaje impecable desde el punto de vista argumental, pero no llega al público, porque lo que se desconoce es que una copa de un cóctel tiene como mucho unos 8º de alcohol, como una cerveza y mucho menos que el vino”, sintetiza. En este punto, el investigador apunta que tanto la cerveza -con su mensaje de bebida juvenil y para el verano- como el vino -bebida que argumenta el valor del trabajo de los viticultores- superan en imagen a la de los destilados.
El problema del botellón de los jóvenes; el de la ‘sajonización’ en el consumo del alcohol (se bebe tanto hasta caer redondo); el de la tiranía de la belleza en nuestra sociedad donde youtubers e influencers aportan únicamente imágenes que resaltan que todo es “genial”, lo que es un mensaje falso; son partes de un puzle que sentencian social y negativamente a los productos de la destilación. Felizmente, los profesionales aportan algunas soluciones a esta difícil percepción social que hoy existe en torno al aguardiente y las bebidas alcohólicas. La correcta educación de los niños; una información veraz; la potenciación de la responsabilidad individual en el consumo y la solicitud de ayuda para salvar los excesos son argumentos concretos que, consideramos, el sector debiera exaltar y comunicar para iniciar un camino que deje atrás el día de la última gota.
Consumo lúdico.- Si la reflexión fue importante en el ‘Last Drop Day’, no lo fue menos la divulgación y la reivindicación de un consumo responsable y lúdico que se promovió con la participación de algunos de los mejores barmans de España, entre ellos, varios gallegos. Así, a modo de romería, las instalaciones de Aguardientes de Galicia acogieron una demostración de coctelería con la presencia, entre otros, de Miguel Arbe (Bordello), Josinho Mera (investigador de licores en El Celler de Can Roca), Yeray Monforte (director de Bad Company – Madrid) o Diego Mosquera (Green Mixology), que pusieron de manifiesto las múltiples posibilidades de los destilados y su sabia combinación con productos del entorno para ofrecer cócteles de autor únicos. Y no menos importante fue el carácter solidario de la fiesta, pues todo lo recaudado se entregará a la asociación Agadea Alzheimer Santiago.
Fotos: Silvia Mus
