El proyecto VINEBOX™, impulsado por Bodega Matarromera, Pago de Carraovejas y Ence, con la colaboración de Papelera de Brandia, para valorizar de manera sostenible los residuos de poda de vid, ha alcanzado un nuevo hito: el consorcio ha logrado desarrollar con éxito una bobina de un papel con unas características muy especiales. Se trata de una bobina de papel innovadora, fabricada con celulosa calidad Naturcell® especial, ya que contiene fibra obtenida de sarmiento de poda de vid. Esta bobina se ha fabricado en Papelera de Brandia (Santiago de Compostela) atendiendo a los más exigentes criterios de calidad para fabricar etiquetas y cajas para botellas, que serán ensayados por las bodegas. “Este hito supone un avance en materia de eficiencia y sostenibilidad, y subraya el potencial de la biomasa como una fuente renovable y responsable para la elaboración de bioproductos”, señalan sus impulsores. Se trata de un paso fundamental hacia el objetivo final del proyecto VINEBOX™, que no es otro que la producción de cajas y etiquetas sostenibles y 100% renovables para las bodegas participantes.
En la presentación de este nuevo hito, Carlos Moro, presidente de Bodegas Familiares Matarromera, ha destacado que “desde hace 22 años llevamos desarrollando nuevos productos, ingredientes y marcas como Sanclodio, Viña Caeira o Casar de Vide en Galicia. De aquí nace la idea de reutilizar los residuos de poda dotándoles de una segunda vida y así devolver a la naturaleza lo que nos da, reduciendo los efectos nocivos de las quemas. Para ello ha habido un completo plan logístico de recogida, acopio, astillado y valorización y que encaja en lo que personalmente denomino economía esférica, integrándose perfectamente en el plan de sostenibilidad de nuestras bodegas”.
“La sostenibilidad en Alma es cultura de trabajo, un valor que impregna todas las decisiones y procesos convirtiéndose en parte de nuestra filosofía. Hemos adquirido el compromiso de proteger y custodiar nuestro entorno, implementando medidas que se vean reflejadas en el futuro. Buscamos llegar al desarrollo sostenible en toda la cadena de valor y centramos los esfuerzos en promover una economía circular que genere alternativas a los residuos que se originan durante todo el proceso”, expresa por su parte Pedro Ruiz, CEO de Alma Carraovejas.
El proyecto, cofinanciado por la Unión Europea y por el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) con fondos FEDER, cuenta con un presupuesto de 879.539,00 € y un tiempo de ejecución de 30 meses. Además, participan, como entidades subcontratadas por las empresas, el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC), el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene), y la empresa Athisa, que aporta soluciones para el servicio de recogida y acopio de las podas de sarmiento.