La Xunta, a través del Instituto de Estudos do Territorio (IET), está ultimando la primera guía para integrar las terrazas en los espacios públicos a través del establecimiento de criterios de diseño adecuados para evitar el deterioro de la imagen urbana. El documento incluirá soluciones prácticas y recomendaciones que permitan que los equipamientos de las terrazas y su disposición en los espacios públicos tengan una buena integración paisajística, además de minimizar las restricciones de paso para el resto de la ciudadanía.
La Consellería está consensuando el documento con el sector y, dentro de esta política, Ángeles Vázquez se ha reunido con los representantes de las Asociaciones Provinciales de Empresarios de Hostelería que le han podido trasladar sus aportaciones y sugerencias para enriquecer el contenido del documento y favorecer su implementación posterior.
En la guía se analizarán las terrazas tanto en función de su configuración y de los elementos que las componen como de su localización. Así, entre las cuestiones que abordará se incluyen aspectos como la disposición de las terrazas, su mobiliario y los equipamientos de protección y separación. Así, por ejemplo, en el caso de las formas de ocupación del espacio por parte de las terrazas, el objetivo es minimizar las restricciones de paso para el resto de la ciudadanía, algo que también deberá tomarse en consideración en el diseño de las mesas y sillas que, además, evitarán los logotipos, imágenes o marcas comerciales. A mayores, tanto el mobiliario como los elementos de protección solar deberán ser ligeros y funcionales para poder ser retirados cuando no sean utilizados.
En casos en que las terrazas se instalen en entornos de especial valor, como cascos históricos o plazas y calles con características específicas, los criterios de diseño deberán ser unitarios y concretos, de modo que las terrazas sean un complemento a la arquitectura y no un impacto que deteriore la imagen del conjunto. También requerirán un tratamiento específico las terrazas localizadas en parques, espacios naturales y playas para evitar que provoquen mermas en la calidad ambiental de sus entornos, así como las terrazas ubicadas en los barrios de la periferia ya que, en algunos casos, suplen la falta de espacios públicos de reunión.
