Porque estar al día nunca fue tan fácil

Aunque el Camino de Santiago discurra muy próximo a alguna de las parcelas de Vivanco, la vinculación de la bodega riojana con Galicia y, particularmente, con Santiago de Compostela va mucho más allá. Buena prueba de ello es el patrocinio que la firma ha realizado durante el Xacobeo 2021-2022, que culmina este mes de octubre con la exposición ‘Inspirados por el vino. Maestros del grabado en la Colección Vivanco’, una selección de ochenta obras que reflejan la importancia de la cultura del vino en nuestra sociedad, firmada por artistas de la talla de Durero, Chillida, Barceló o Picasso. La exposición se puede ver en el Centro Obra Social de Abanca en Santiago (Praza de Cervantes) hasta el próximo 10 de noviembre.

Y con este paño de fondo tan particular, este jueves se celebró un evento único, nunca antes desarrollado en nuestro país: la conjunción, en un mismo espacio, de la Colección Vivanco con los vinos de la bodega. Un evento extraordinario al que han denominado ‘Cata Santa’, apelativo más que apropiado, no solo por la “divina” experiencia de catar cinco exclusivos vinos de la casa (todos ellos, fuera de mercado en estos momentos) sino porque todos ellos pertenecen a añadas coincidentes con Años Santos. Toda vez que Vivanco nació en 2004, en la prueba se pudieron catar vinos de las añadas 2004 (calificada como Excelente), 2010 (calificada como Súper Excelente) y 2021 (calificada como Muy Buena).

Es Vivanco una bodega caracterizada por el respeto a la tradición pero sin olvidar la innovación que ayuda a hacer mejores vinos. Santo y seña de su enólogo, Rafael Vivanco, la bodega apuesta por ensalzar las cualidades propias de cada variedad y terruño, algo impensable hace apenas dos décadas, cuando la marca era lo fundamental y la Garnacha y la Tempranillo eran prácticamente las únicas variedades con valor comercial. Formado en Burdeos, Rafael Vivanco comenzó a apostar por otras elaboraciones (fue impulsor de los vinos dulces y los espumosos en la DOCa), por restar influencia a la madera para no enmascarar los aportes de cada variedad, por vinificar cada una de ellas por separado y hacer los coupages justo antes de embotellar… Conceptos hoy muy extendidos pero que fueron rompedores en su momento.

De esas formas de trabajar son expresión inequívoca los cinco vinos que se pudieron probar en la ‘Cata Santa’. El primero de ellos, una joya de 2004 que, pese a su edad, mantiene una gran frescura y acidez, en buena medida, por la influencia atlántica que tienen los viñedos, situados en la zona norte de la Comunidad riojana, al abrigo de la Sierra de Cantabria. Dinastía Vivanco Crianza 2004, de capa media y ribete ligeramente amarillento –signo de su edad– sorprendió grata evolución y su carácter balsámico.

El siguiente bloque lo formaron tres vinos de 2010, una añada “de libro” en la DOCa. Rioja –significa Rafael Vivanco– que dio como resultado vinos “extraordinarios, con mucha capacidad de guarda”. Y así se pudo comprobar con la tríada formada por Vivanco Reserva 2010, Colección Vivanco 4 Varietales 2010 y Colección Vivanco Parcelas de Maturana Tinta 2010, tres excelentes ejemplos de la evolución de los vinos de Rioja hacia una expresividad mayor de las variedades y una madera más neutra, apenas perceptible. A medida que avanzamos en la cata aparecen vinos con mayor capa, los tonos tostados se van volviendo más rosados y violáceos y la fruta gana peso, siempre con una agradable acidez y una persistencia golosa. Potencia pero elegante, bien estructurada y nada astringente. En el caso de Colección Vivanco 4 Varietales, la mezcla de Tempranillo, Graciano, Garnacha y Mazuelo –vinificadas por separado– da como resultado un vino redondo y pleno, con un carácter transversal. “Si lo pones en una mesa, seguro que le va a gustar a todos los comensales”, detalla Rafael Vivanco.

Sorprendente fue el Colección Vivanco Parcelas de Maturana Tinta, un vino de 15º herbáceo, mentolado y fresco que es uno cuando se analiza en fase visual, es otro cuando se huele y es otro distinto cuando se saborea. Todo un descubrimiento, esta variedad (la última tinta en autorizarse en la DOCa.).

Y rematamos con un jovenzuelo aún por madurar: una muestra de depósito de Vivanco Brunes 2021, un Vino de Municipio (figura recientemente incorporada a la Denominación de Origen), ecológico, mezcla de un 90% Tempranillo y un 10% Maturana Tinta. Fresco, con mucha fruta, taninos nada agresivos y un ejemplo del perfil moderno de los vinos de Rioja, se le augura un gran futuro tras su paso por botella.

En definitiva, Vivanco demostró en Compostela su compromiso con la viticultura, con la tradición y con la innovación al servicio de la calidad, pero también con la cultura del vino y la divulgación.  

 

 

 

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