Mientras está por verse el impacto que el cambio al frente de la Deputación de Ourense pueda tener sobre el proyecto de convertir la sede del Gobierno provincial en hotel-balneario, otra administración habla también de dotar a la ciudad de una nueva infraestructura relacionada con su riqueza termal. Se trata, en esta ocasión, del Concello, quien baraja entre los nuevos posibles usos de la antigua prisión de la calle Progreso su conversión en “hotel termal”. Así lo explican fuentes municipales, que adelantan que será en septiembre cuando el Concello concrete el uso del edificio, de cara a acometer su rehabilitación.
En un primer momento, el Gobierno municipal ofrecerá a la Confederación Hidrográfica del Miño Sil la posibilidad de que edificio sea su nueva sede en la ciudad, pero también valora las posibilidades de que acoja nuevas dependencias municipales, las instalaciones de la UNED o un hotel vinculado con el termalismo.
Después de valorar las cuatro opciones que están sobre la mesa, y la opinión de las entidades afectadas, el Gobierno municipal decidirá cuál será el futuro uso del inmueble.