En este artículo me planteo una reflexión y, a la vez, un llamamiento a los empresarios del sector de la hostelería para valorar una cuestión: ¿por qué no encontramos personal para trabajar cuando un empleado/a por una razón u otra se va de nuestro local? Bueno, quizás la pregunta también debería de ser: ¿encontramos personal para trabajar en hostelería?
En mi caso, siempre tuve claro que me gustaba la hostelería y que quería dedicarme a esto profesionalmente como barista, explotando cada gramo de café para que una taza se convierta en una experiencia para mis clientes. Pero soy consciente de que somos pocos los que estamos en el sector y lo tenemos claro. Para muchos, ser camarero es un trabajo temporal, para sacarse un dinero en verano o como trabajo de fin de semana mientras esperan que llegue “un trabajo mejor”. Pues aquí está la cuestión: ¿por qué no ponemos en valor el trabajo en la hostelería? Seamos francos, es un sector muy castigado donde sufrimos de jornadas eternas, escasos descansos y sueldos bajos. Además, en España existe la falsa creencia de que todos podemos montar un bar para “hacer dinero” (un mito bastante extendido pero falso).
El concepto de hostelería de los años 80 en España, ligado al turismo de sol y playa, poco a poco va cambiando, dando paso a locales que proponen un buen servicio, con un equipo formado y estable, con unas condiciones acordes a sus convenios de trabajo, lo que motiva que el trabajador se sienta a gusto con lo que hace sin tener el concepto de que este trabajo “es pasajero”.
Crear un equipo de trabajo es una tarea compleja que implica tiempo, formación, adaptación al local, mecánica de trabajo, implicación y esfuerzo por parte de todos. Cuando se consigue y la rueda del local funciona, surge la magia. Es en ese momento, donde cada cual tiene sus responsabilidades y tareas, cuando se debe delegar en los trabajadores, intentando conformar una familia laboral, porque al final, las pequeñas empresas son la inmensa mayoría de las empresas españolas. A la hora de buscar un trabajador se debe escapar de las personas que ven la hostelería como una “estación de paso” porque se trata de formar un equipo para volver a hacer magia.
¿Cómo curar y sanar lo que durante tantos años se ha hecho mal? Porque la “mala prensa” de los locales de hostelería está ahí y me gustaría que desapareciese. Si entre todos profesionalizamos este sector y, por tanto, las condiciones de trabajo son las justas, será más fácil cubrir los puestos vacantes porque habría personal cualificado y, sobre todo, con ganas de trabajar con estabilidad y a largo plazo en el mismo local y aportando lo mejor de uno mismo. Me imagino que es posible, pero llevará tiempo porque desgraciadamente siguen existiendo numerosos locales (antiguos, sobre todo) que continúan con una metodología de antaño, donde las generaciones se criaban en el bar, desde que salía el sol hasta que se metía.
Confío en que esta reflexión sea compartida por empresarios que apuesten por fomentar un sector que escape de los viejos mitos, luchando por tener un buen equipo donde cada uno se sienta parte del establecimiento. Ésta es la actitud que me gustaría transmitir a mis compañeros de profesión, porque somos los primeros que tenemos que dar el paso para captar a esos futuros profesionales que nos acompañarán en la batalla. Entre todos podemos dejar atrás el concepto de ETT permanente y apostar por unos puestos de trabajo de calidad. ¡Sí se puede!