Antaño era tradición en González Byass seleccionar y embotellar vinos en honor a los papas recién elegidos. Pedro Nolasco González de Soto, hijo del fundador de esta bodega familiar, dedicó un viejo Jerez al Papa León XIII en 1878, como lo había hecho su padre, Manuel María González, con ocasión de la elección de Pío IX (fechado en 1846) y Pío X (fechado en 1903), vino que ya fue embotellado en 2018. Hoy, 142 años después, González Byass recupera del pasado León XIII, un vino dulce natural con el que amplía su colección de vinos “Finitos” , jereces únicos, imposibles de replicar que han envejecido en pequeñas cantidades, ocultos en algunos de los rincones más recónditos de la bodega.
León XIII es una reliquia escasa, elaborada con uvas de Pedro Ximénez cultivadas en Jerez durante el siglo XIX. Procede de una bota seleccionada en 1878 para celebrar el nombramiento del nuevo Papa, que no recibió más aportes de PX y que, en los siguientes 120 años, fue perdiendo volumen lentamente por la evaporación y el uso. En la actualidad, esta bota contenía 80 litros y se han embotellado solo 78 botellas numeradas disponibles para todo el mundo. León XIII no ha sido fortificado y su graduación natural es de 9 grados. Este vino dulce tiene un denso y untuoso paso de boca, aúna sorprendentemente frescura y complejidad con notas de higos secos, nueces, melazas, lacas, chocolate amargo, caramelo, regaliz y café. Sabroso y lleno de vida a pesar de sus largos años de envejecimiento en bota, en cada sorbo de este vino se encuentra historia, cultura, legado, origen, trabajo, dulzura y paciencia.