Las enfermedades de la madera (EMV) son, en la actualidad, una de las mayores amenazas que ponen en peligro la sostenibilidad del sector vitivinícola a nivel mundial. Se trata de patologías de naturaleza fúngica que provocan una alteración de las partes leñosas de la planta (raíces, tronco y ramas) y que repercute en una pérdida de vigor de la planta, con la consiguiente disminución en los rendimientos de producción de uva y una merma de su calidad. Y, según indican los expertos, se estaría observando un “lento pero continuado” aumento de las plantas afectadas.
Para intentar erradicar estas enfermedades y estudiar la evolución de los métodos de sanación actuales se ha puesto en marcha un proyecto conocido con el nombre de EVID (Prácticas Innovadoras para combatir las enfermedades de la vid), coordinado por la Fundación Empresa-Universidad Gallega (Feuga) y en el que la bodega valderorresa Godeval está implicada como socia, junto con la Estación de Viticultura y Enología de Galicia, la Axencia Galega de Calidade Alimentaria, la Universidade de Santiago de Compostela y el Servicio de Explotaciones Agrarias de Ourense. El presupuesto de este proyecto ronda los 100.000 euros y cuenta con un 75% de cofinanciación de fondos europeos Feader. Los objetivos del proyecto son “definir, valorizar y validar prácticas innovadoras para el tratamiento de enfermedades de la madera de la vid consistentes en el uso de especies fúngicas del género Trichoderma como agente de control biológico y su aplicación mediante inserción de tacos previamente inoculados”, indican sus impulsores. Se trataría de luchar contra la botryosphaeria, la yesca o la eutupiosis con mayor eficacia que en la actualidad pues no existe en el mercado ningún tratamiento fitosanitario autorizado que permita controlar estas patologías.
Indican desde Godeval que, tras diversos estudios preliminares, se ha concluido que la Trichoderma no tiene un efecto curativo sobre las EMV, pero sí un efecto protector, y su efectividad depende de la habilidad de estos hongos para colonizar las heridas de poda de la cepa. Así pues, en este trabajo se llevará a cabo la aplicación más usual de Tricodherma, por aplicación directa, pero mediante una nueva técnica que según ensayos iniciales resulta más efectiva: la inserción de tacos de madera inoculados en la base del tronco de las cepas. Esta práctica se viene realizando en Bodegas Godeval desde el año 2013, alcanzando la recuperación de algunas cepas infectadas. “Sin embargo, es necesario ampliar la información y definir y validar esta práctica de modo riguroso, además de realizar una valoración comparativa con otras prácticas identificadas: uso de productos comerciales para pulverización de heridas de poda, aplicación de fungicidas, etc.”, precisan desde la bodega valdeorresa.