Ya está de regreso la expedición del proyecto SOS Ternópil Galitzia. El sábado a las 5.00 de la madrugada llegaban por fin a Ourense tras muchas horas de viaje en autobús y los sobresaltos propios de la operación, a los que se añadieron imponderables que fueron surgiendo por el camino. Problemas con la documentación, un reventón de una rueda de uno de los autobuses y la decisión final de entrar en territorio ucraniano, con todo lo que eso conlleva, son algunos de los recuerdos que el grupo de voluntarios que puso en marcha esta acción jamás olvidará. También surgieron problemas de índole sanitaria pues los médicos y enfermeros ourensanos tuvieron que hacer frente a varias crisis, todo ello de noche y en condiciones penosas.
Pero todo eso queda ya atrás y ahora los 96 refugiados que se unieron a este convoy ya descansan en el Seminario Menor de Ourense y en sendos alojamientos de Trives y San Xoán de Río. A todos se les ha practicado un test de antígenos y, en principio, todos han dado negativo. En pocos días, algunos de ellos ya tendrán hogares de acogida en los que permanecer mientras regularizan su situación como refugiados y a la espera de que se resuelva el conflicto bélico en su país.
El grupo de amigos que organizó todo el convoy no puede estar más “satisfecho y agradecido” con la labor realizada y la cobertura de los medios de comunicación. “Este era un proyecto humanitario que empezó con un grupo de amigos y se hizo grande”, reconoce el portavoz, Amadino Pereira.