El Paisaje Cultural del Agua de la Ribeira Sacra es la nueva candidatura elegida por el Consejo de Patrimonio Histórico para formar parte de la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO. La candidatura española será presentada ante el organismo internacional en febrero de 2025 y su inclusión será discutida en la siguiente reunión del comité se evaluación de la UNESCO, en 2026.
La decisión ha sido adoptada este mismo viernes en la 94ª Reunión del Consejo de Patrimonio Histórico, celebrada en el Museo Insular de La Palma.
La candidatura se presentó en 2020 pero había sido retirada tras los informes previos de ICOMOS. Ahora, tras una reformulación, tiene un nuevo enfoque pues se ha definido como valor excepcional único la relación que se ha establecido durante siglos entre un paisaje abrupto, esculpido por el agua, y sus pobladores. “En Galicia nunca dejamos de creer en las posibilidades de la Ribeira Sacra y ésta es, sin duda, una muy buena noticia para todos porque poner en valor y proteger este territorio es algo que asumimos como un gran reto de país”, ha señalado al respecto el conselleiro de Cultura e Educación. Para Román Rodríguez, el aplazamiento se aprovechó para “replantear, fortalecer, mejorar y ampliar la candidatura con el fin de acreditar con toda la fuerza los valores excepcionales con los que cuenta este territorio”.
Otra reacción que ya se ha producido ha sido la del presidente de la Deputación de Ourense, Luis Menor, quien ha señalado que “si para Galicia es importante esta declaración, para Ourense sería magnífico contar con una distinción de estas características en la parte del territorio que nos corresponde, tratándose de uno de los geodestinos preferidos por los visitantes”.
Recuerdan desde el Gobierno central que la Ribeira Sacra, catalogada como Bien de Interés Cultural en la categoría de ‘paisaje cultural’, es el paisaje simbólico más occidental de la Europa continental, el paradigma de una cultura hídrica de la que se conservan huellas de sus más de mil quinientos años de ocupación continuada. Abadías, monasterios e iglesias son testimonio de las comunidades que durante siglos transformaron a su medida el paisaje para convertirlo en un medio de vida. Terrazas de cultivos, la parcelación y organización territorial medieval, así como variados ingenios asociados al agua de todas las épocas como fuentes, canales, puentes, molinos, fábricas de luz o embalses hidroeléctricos, son ejemplo de este aprovechamiento del territorio y la autosuficiencia energética de cada momento.
Asimismo, también ha sido presentado el arte efímero de las alfombras florales como candidatura internacional coordinada por España -y de la que forman parte Bélgica, Italia, Malta y México- con expresiones tan significativas en nuestra Comunidad como las alfombras del Corpus Christi de Ponteareas, entre otras muchas localidades.