Cruzcampo renueva la imagen de sus cervezas con un aspecto renovado “que pone en valor la iconicidad de una marca centenaria”, señalan desde la cervecera. Y es que la nueva imagen de Cruzcampo refleja más marcadamente sus raíces andaluzas a través de una reinterpretación de los mosaicos de los azulejos de alfarería que inundan edificios y plazas en Andalucía, así como la inspiración en tipografías recuperadas de antiguos carteles históricos de las fiestas populares y que aún se pueden ver en los letreros de las calles.
Estas nuevas incorporaciones conviven en armonía con elementos históricos de Cruzcampo que no desaparecen, sino que se adaptan a los tiempos. Es el caso del embajador Gambrinus, el alma de la marca que sigue siendo protagonista de las diferentes etiquetas. Elementos como el Templete de la Cruz del Campo o la ‘C’ inicial de Cruzcampo toman ahora más protagonismo, elevados a la categoría de sellos de calidad y tradición. “El acento está en constante evolución. Cada nueva generación deja su impronta a la vez que perpetúa el legado, enriqueciéndolo. Esta nueva generación de Cruzcampo grita a los cuatro vientos su acento, manteniendo aquellos aspectos que han convertido a Cruzcampoen una cerveza icónica”, explica María Ruiz Sanguino, responsable de marketing de Cruzcampo.
Cruzcampo Pilsen, Cruzcampo Especial, Cruzcampo Radler, Cruzcampo 0,0, Cruzcampo Gran Reserva y Cruzcampo Gran Reserva 0,0 miran al futuro con una imagen “fortalecida y moderna. Un futuro para el que es fundamental emprender acciones en el presente, como que todas las cervezas de Cruzcampo se elaboren desde hace 3 años con energía eléctrica solar de origen andaluz”, concluyen desde la cervecera.