Porque estar al día nunca fue tan fácil

En su segundo año de celebración, la propuesta de maridar una oferta gastronómica de calidad con un lugar diferente, original y que sorprende al comensal se ha consolidado como una experiencia singular y muy demandada por un público —generalmente treintañero— que desea participar de estos encuentros tan sabrosos como secretos. Al finalizar la velada, los cuarenta participantes (de las casi trescientas solicitudes que pretenden asistir a estas cenas) reconocen el acierto de compartir mesa y mantel con desconocidos en un ámbito de misterio que nunca deja de asombrar al comensal.

Y en esta ocasión el lugar, Punta Batuda en Porto do Son, se convirtió en un escenario imaginado sólo en películas donde la puesta de un sol rojo y la buena comida hacen olvidar todo lo demás.

Con el horizonte a metros del mar, en la Ría Muros Noia, el merendero del Ecoglamping Amaraxe, un espacio de casi 7.000 metros cuadrados, se transformó en la cocina y salón principal de un improvisado restaurante donde la naturaleza se convirtió en la principal protagonista de una nueva estación de estas enigmáticas cenas.

El restaurante compostelano Benedita Elisa, con su equipo tan profesional en cocina como en el servicio, fue el responsable de los sabores y los maridajes de cada plato con alguna cerveza de la amplia gama de Alhambra, destacando también que la totalidad de los productos elaborados son de proximidad como Tres Fuciños o A dos Capelo, entre otros.

Así, los variados snacks ofrecidos: las tosta de arroz negro, sardina y encurtidos; la de lubina sobre hoja de shisho y mayonesa de wasabi; la de steak tartar de ternera y crema de burrata o la croqueta de chicharrones con cebollino, se armonizaron con la cerveza Reserva Citra Ipa. Una vez finalizado este primer paso de entrantes y maridado con una Alhambra especial, llegó un fresco gazpacho de tomate rosa y fresas, sandías y tomate cherry osmotizados en salsa ponzu.

Más tarde, una caballa y escabeche de algas y una terrina de porco celta, ensalada cítrica y maíz tostado se degustó con una de las estrellas de la marca: la Alhambra Roja, para culminar la inigualable velada con un dulce en el paladar a través de un canache de chocolate blanco inspiración yuzu, sopa de fresa y helado de frutos rojos maridado acertadamente con una Alhambra Rosas.

En fin, un encuentro secreto que invita a apuntarse a la siguiente parada de esta original propuesta lúdico-gastronómica en plena naturaleza.

 

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