El Instituto de Ciencias Agrarias del CSIC ha emitido un informe científico que confirma que el co-compostaje de la cascarilla -junto con otros residuos como restos de poda y jardinería o biocarbón- alcanza los valores requeridos para obtener compost de alta calidad. El estudio se ha llevado a cabo por iniciativa de la empresa Cafés Candelas, que dentro de su política de sostenibilidad está inmersa en un proceso de investigación sobre las diferentes posibilidades de reutilización de los subproductos del café.
Desde el punto de vista científico, en la cascarilla de café se evidencia un alto contenido en nitrógeno, fósforo y potasio, los tres nutrientes principales para las plantas, así como una elevada capacidad de retención de agua, que podría mejorar el balance hídrico de los suelos. Por eso, este compost -que, según el estudio, es suficientemente maduro para aplicarse al suelo y no presenta problemas de fitotoxicidad- sería de gran utilidad en la agricultura sostenible.