Porque estar al día nunca fue tan fácil

Porque 90 años no se cumplen todos los días, Bonilla a la Vista ha querido celebrar su aniversario, y el de su alma mater, César Bonilla, junto con clientes y amigos en el mítico local de la calle Galera de A Coruña, abierto ininterrumpidamente desde 1958. Allí, el patriarca de la familia cortó la tarta de cumpleaños recordando algunas anécdotas de la larga historia de la empresa, como por ejemplo, su bautismo. “Cuando era marino de guerra y llegaba tarde, para acceder al barco alquilaba una lancha a remo y al acercarnos me preguntaban ‘Alto, quién va’ y les decíamos ‘Cabo Bonilla a la vista’. Y así sabían que era yo”, recuerda.

César Bonilla, hasta hace unos años presente cada día en la empresa, toma con naturalidad el crecimiento de la firma, que siguen manteniendo su naturaleza familiar aunque exporta ya a más de 20 países. “El secreto de la empresa para durar 90 años es el de todas: que haya gente que siga trabajando, con ilusión e interés”, comenta.

Hoy, Bonilla a la Vista es una empresa referente en Galicia con un centenar de empleados que ha logrado situar sus icónicas patatas en mercados tan lejanos como Corea o Australia, adaptándose a los nuevos tiempos y exigencias del mercado pero sin perder su carácter cercano y familiar. “90 años pasan muy rápido. No es broma, hay que tener cuidado y hacer las cosas bien. Parar no podemos parar, porque los 90 pasarían a ser 0. El negocio tiene que seguir funcionando haciendo cada día las cosas mejor”, concluye “el capitán”.

 

 

 

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