Cuando uno asiste a un menú “a cuatro manos” -esto es, elaborado por dos cocineros diferentes- se predispone a probar dos tipos de cocina. El resultado puede ser de lo más diverso porque a veces el motivo para reunir a esos dos chefs puede ser lo complementario de sus estilos; pero a veces, todo lo contrario. Por eso, cabe realizar una primera lectura a la minuta nada más sentarse. Ahí se puede intuir si los dos cocineros “en liza” se reúnen para demostrar quién lo hace mejor o si realmente quieren plantear un menú equilibrado, ordenado y armónico. Por eso, cuando hace unos días asistimos a una de las sesiones del ciclo ‘Artistas & Amigos’ que celebra en su restaurante de O Pereiro de Aguiar Miguel González, nada más echar un vistazo a lo que nos tenían preparado nos dimos cuenta de que la velada iba a ser un éxito (al menos, en lo gastronómico).
Porque si la cocina de Miguel González ha crecido notablemente en los últimos tiempos afianzándose claramente en la temporalidad y, sobre todo, en la memoria y el territorio; queda poco qué decir de la que practica el cocinero invitado para la ocasión, el ferrolano Daniel López (O Camiño do Inglés), un reflejo del mar que baña la costa de Ferrolterra pero también de la tradición renovada, de esos clásicos que nunca mueren si se ejecutan con buena mano y alguna idea innovadora. Ambos están ligeramente desviados de la milla de oro de la gastronomía de Galicia, y quizá por eso la química entre ambos ha surgido en relativamente poco tiempo, pero parece asentarse en raíces profundas. De ahí que este “a cuatro manos” fuese un diálogo perfecto al que se unió una acertadísima elección de los vinos, a cargo del sumiller anfitrión, Sergio Boada (pero que seguro aprobaría desde Ferrol Daniel Carballeira, su homólogo en O Camiño do Inglés).
Para arrancar, unos aperitivos maridados con el cava Raventós i Blanc de la Finca 2017 Brut que nos abrieron el apetito y nos prepararon para lo que se venía. Nos quedamos con un excelente Tartar de abadejo de Daniel López y las Cocotxas y gambas en pil pil de ajada de Miguel González. Continuamos con un Rape-Vieira de Dani López, un juego para la vista y el gusto que acompañamos del Godello Louro 2017. Un tinto fresco y ligero de Rías Baixas, O Comezo 2019, nos sirvió para maridar la Coca de zamburiña al revés de Miguel González, un recuerdo a nuestra empanada más tradicional pero con el refinamiento de un restaurante Michelin. Sorprendentes los sabores que a cada bocado nos ofrecía el siguiente plato: unos Espárragos asados, tomate, anchoa y Galmensan de Dani López. Temporada en un bocado sutil donde el queso apenas tuvo protagonismo -acertadamente- y que se vio realzado con el maridaje: TWB Manzanilla Fina en Rama embotellado en agosto de 2021. El plato de pescado corrió a cargo de Daniel López, que planteó una delicada Merluza rellena, parfait de marisco y mantequilla de buey (todo a favor de la merluza) maridada con el Godello berciano La del Vivo 2018, firmado por Raúl Pérez. Y la carne la puso Miguel González: unas Carrilleras estofadas en Pedro Ximénez y Mencía, Chirivía y ensalada, sabiamente maridadas con el Burdeos Chateau Le Puy Emilien 2017.
A los postres, un Arroz con leche y vainilla con el que Dani López homenajeó (otra vez) a su tierra natal; y una Torrija caramelizada con helado termal y algodón de cereza, guiño al terruño también por parte de Miguel González. Para maridar, un goloso Abafado Molecular – Baga (Bairrada). Un fin de fiesta en lo gastronómico que dio paso a un sentido discurso del chef anfitrión, emocionado y nervioso a partes iguales por haber podido cocinar con Daniel López. “Id a Ferrol y visitad O Camiño do Inglés”, recomendaba a los comensales. Con los mandiles de sus respectivos restaurantes intercambiados, los dos cocineros dieron a entender (y así se vio en cada momento) su buen feeling, que promete nuevas veladas inolvidables. Porque cuando se juntan dos artistas que, además, son amigos…