Porque estar al día nunca fue tan fácil

mel de galiciaGalicia encadena varios años de climatología adversa para la producción de miel. Sin hablar de cambio climático, lo cierto es que las primaveras de las últimas temporadas están comprometiendo el trabajo de las abejas, con temperaturas más bajas de lo habitual, intensas lluvias y, en general, inestabilidad meteorológica. Esto provoca que las abejas se vean abocadas a consumir las reservas que albergaban las colmenas desde el invierno, o que incluso lleguen a morir de hambre. Antonio Gómez, de Mel do Saldoiro (Lalín), explica que, en su caso, la producción de los últimos tres años se ha reducido prácticamente a la mitad. De sus 670 colmenas apenas recolecta unos 5.000 kilos de miel “cuando, en circunstancias normales, debería coger el doble”, explica.

meldosaldoiro

El apicultor achaca esta reducción al tiempo. “Es el principal culpable, porque viene la primavera muy lluviosa y las abejas no aprovechan bien esa floración. Las colmenas se debilitan, no crían y acumulan un retraso que les repercute en las floraciones siguientes. Están llegando al mes de junio con apenas reservas de miel y las colmenas con menos abejas de las que deberían tener y eso repercute luego en la floración del castaño y la silva, que son fuertes”, explica. Y ante esta meteorología adversa poco se puede hacer. Sí, acaso, alimentar a las abejas con algún suplemento de proteínas, aunque “no es lo mismo que si se alimentaran con polen natural”, reconoce el apicultor lalinense. Esta práctica, que hace unos años era impensable, comienza a extenderse, aun a pesar de los productores. “En los últimos años nos hemos visto abocados a hacerlo porque si no, las abejas no tienen alimento suficiente y se comen todo lo que tienen guardado”.

meldosaldoiro

Esa debilidad de las abejas es el caldo de cultivo idóneo para otra de las grandes amenazas de la apicultura: la varroa. Se trata de un ácaro parasitario extendido por prácticamente todo el planeta que, de no realizarle un exhaustivo seguimiento, puede causar efectos destructivos en las colmenas. Los ácaros se adhieren al cuerpo de las abejas -incluso en estado larvario- y las van debilitando de forma que muchas de ellas no llegan a salir nunca de la colmena. “La varroa es nuestra principal amenaza -reconoce Antonio Gómez- y para controlarla hay que andar muy encima. Tenemos un tratamiento anual autorizado por la Xunta pero últimamente casi no llega. Por eso hay que hacer un seguimiento continuo, porque la varroa debilita a las colmenas y si, por encima, aparecen las velutinas, ya las rematan”, detalla el apicultor.

Para la presidenta del Consejo Regulador de la IGP Mel de Galicia, Esther Ordóñez, la varroa es “el talón de Aquiles de la apicultura”, junto a las cambiantes condiciones climatológicas “frente a las cuales es difícil actuar”, admite. Por eso, anima al sector a paliar la repercusión de la mala producción en las rentas de las explotaciones diversificando su actividad “con el polen, propóleos, enjambres… y que no dependan sólo de la miel, o incluso que apuesten por otros productos derivados de la apicultura como la cosmética apícola, hidromiel, etc.”.

Pese a la caída en la producción, el sector de la apicultura en Galicia sigue siendo muy atractivo, algo que se ha traducido en la incorporación de gente joven. Esther Ordóñez incide en que la apicultura “se están viendo cada vez más como una ganadería con futuro e interesante para poder vivir en el rural y del rural, puede ser exclusivamente de ella o como complemento de renta”. El relevo generacional se está notando en los últimos años en la IGP, hasta el punto de que el 30% de todos los inscritos con certificado de producto son menores de 40 años y cerca del 30% son mujeres. Y no son datos menores si tenemos en cuenta que Mel de Galicia es la Indicación Geográfica Protegida de miel que más certifica de toda la Península, representando el 60% de la miel con certificación de origen y calidad a nivel español “y probablemente, a nivel europeo”, apunta Esther Ordóñez.

En la actualidad están inscritos en el registro de explotaciones de la IGP un total de 283 apicultores con 48.832 colmenas y hay 37 envasadoras certificadas con autorización de uso de marca de Mel de Galicia. “Estamos en el buen camino, pero tenemos mucho potencial y deberían aumentarse estos datos porque, además, recordemos que hay una gran demanda de Mel de Galicia”, advierte la presidenta de la IGP. Y es que la pandemia ha provocado -según datos del Consejo Regulador- un incremento en las ventas de en torno al 50% “sobre todo en comunidades autónomas como Madrid y Cataluña que, conocedores de la calidad certificada de la Miel de Galicia, apostaron por ella en sus cestas de la compra en momentos de crisis sanitaria, debido a sus reconocidas funciones. La historia y la ciencia confirman que la miel tiene un papel en la promoción de la salud y el tratamiento de enfermedades pero, además, a través de una investigación del Consejo Regulador y la Universidad de Vigo se concluyó que la Miel de Galicia tiene más vitaminas y minerales, y un nivel antioxidante a destacar, comparable a frutas y verduras”, detalla Esther Ordóñez.

miel

Pese a todo, el Consejo Regulador incide en la importancia de seguir promocionando el sello Mel de Galicia como marca de calidad, tanto hacia el consumidor final como en la hostelería. “Cada vez se ven más en las cartas de los restaurantes elaboraciones con alimentos con denominación de calidad, entre ellos la Miel de Galicia, pero creo que aún falta mucho por hacer. Hay que recordar que los turistas vienen a Galicia, entre otras cosas, por la comida y no puede ser que en las cartas de los restaurantes no aparezcan los productos certificados Ahí nos tendríamos que fijar más en otros países donde sí que apuestan más por apoyar las DDOO e IIGGPP como productos de calidad diferenciada y origen”, concluye la presidenta. En ese sentido, el Consejo Regulador sigue apoyando a los productores a nivel promocional e introduciendo cambios en el pliego de condiciones de la IGP, como la reciente incorporación de la categoría Miel de Bosque, “un tipo de miel que llevaba años siendo demandada por el sector y que hasta ahora tenía que comercializarse como miel multifloral”, explica Ordóñez. Es una miel tardía, de finales de verano, que se produce sobre todo en las provincias de Lugo y Ourense, de color oscuro y de sabor muy dulce. Su presencia ya se notó en la XX Cata dos Meles de Galicia, en la que participaron 5 envasadoras.

La inclusión de este nuevo tipo de miel no es el único cambio que se ha introducido en el pliego de condiciones, pues además se descendió el porcentaje de polen que debe estar presente en la miel de brezo, pasando del 45 al 30%, y se introducen nuevas especificaciones del método de obtención, ajustándolas a la realidad actual. Desde la IGP, Esther Ordóñez recuerda que estos cambios “son una respuesta a las transformaciones en el sistema productivo, propiciados por las mejoras tecnológicas y los factores ambientales y climáticos, pero que sólo pueden utilizar los apicultores acogidos a la IGP, que son los que están amparados en estos cambios”.

Incorporación de gente joven.- Un ejemplo de incorporación de gente joven al sector, con formación y capacidad de innovación, es el de Elías Seoane que, con su proyecto Apia Natura, está apostando por la máxima calidad y la diferenciación de sus productos y por métodos de producción poco extendidos en Galicia. Hablamos de la trashumancia, esto es, el traslado de las colmenas a diferentes zonas de la Comunidad durante cada temporada. “Nosotros tenemos 500 colmenas y las movemos desde la costa al interior y la alta montaña, lo que nos da la opción de aprovechar diferentes floraciones por toda Galicia. Para la gente que pretenda hacer mieles monoflorales, la trashumancia es una buena opción porque te permite centrarte en la flor que te interesa. El problema es encontrar buenos sitios; que no te roben las colmenas o te las deterioren, porque haya allí otro productor que no quiera que tú estés allí -y es algo que, desgraciadamente, sucede bastante- y los costes que supone mover las colmenas, que en nada se parece a tenerlas estables en un punto concreto”, detalla Seoane.

Sin duda, el apicultor trashumante tiene un amplísimo conocimiento de cada uno de los lugares a donde traslada sus colmenas, un grado de profesionalización que suele llevar a todos los procesos de elaboración de la miel. “Tienes que tener en cuenta el clima, las horas de insolación directa, las lluvias, las humedades, las temperaturas… para lograr saber cuándo una floración va a abrir, porque cada año varían las condiciones. Ahí está la complejidad de la trashumancia, porque cargar las colmenas en un remolque en un sitio y descargarlas en otro es muy fácil. El tema es saber cuándo hacerlo”, admite Elías Seoane. En Galicia no está muy extendido “pero a medida que te vas profesionalizando tiendes a trashumar porque te permite fijar los objetivos mucho mejor”.

La trashumancia es clave en el proyecto de Apia Natura por las características de sus productos. “El nuestro es un proyecto un poco diferente a lo habitual porque escapamos de las mieles monoflorales. Tenemos vinculación con el mundo del vino y tomamos esos referentes para el mundo de la miel, es decir, en vez de hacer mieles monoflorales hacemos mieles de parcela, que nosotros denominamos mieles de paraje porque es imposible acotar una zona de trabajo para las abejas. Lo que sí se puede hacer es trasladar las colmenas a un lugar que te interese y obligar de esa manera a las abejas a trabajar en ese entorno, y eso es lo que hacemos nosotros”, detalla el apicultor. Así, Apia Natura tiene tres mieles representativas de las diferentes zonas de Galicia: de la zona de costa extraen miel de eucalipto, acacia y silva; luego está miel del interior de la provincia de A Coruña donde trabajan silva y castaño, y una tercera que proviene de la alta montaña, donde predomina el brezo. “Pasamos de esa miel clara, con poca consistencia, con notas dulces de la zona de costa a una más densa, con más cuerpo, con astringencia y mayor permanencia -la de interior- y una tercera, la de alta montaña, que es otro mundo pues se acaban los matices dulces y aparecen amargores, acideces. Son mieles con muchísimo cuerpo, con un retrogusto muy marcado y un color prácticamente negro”, explica Elías Seoane. Esas tres mieles de paraje fueron premiadas con medalla de oro en los Londos Honey Awards en 2021 y también recibieron medalla de oro en Grecia. Junto a ellas, tienen una cuarta miel denominada La Original “que no es más que una mezcla de las mejores mieles de cada una de las zonas de Galicia en las que trabajamos, buscando un producto que sea súper complejo”.

Diversificar, también hacia el turismo.- La diversificación en la actividad de los apicultores también se extiende al turismo. Para dar a conocer el patrimonio milenario relacionado con la apicultura y divulgar su riqueza no solo a nivel local sino a visitantes de todo el mundo, la Asociación Galega de Apicultura (AGA) impulsa el proyecto Apiturismo de Galicia, una forma lúdica de acercarse al oficio de apicultor y a todo el legado que esta práctica ha dejado en nuestro paisaje. Para ello, la AGA ha puesto en marcha el Centro de Información de Apiturismo de Galicia, ha elaborado material promocional y, con la colaboración de los apicultores y entidades locales, ha creado diferentes rutas por todo el país que muestran las particularidades del oficio en cada una de ellas. En la actualidad son ocho las rutas que se pueden realizar, tanto en zona de costa como de interior y de alta montaña: en Os Ancares, con el Roteiro dos Cortíns; en O Courel, con la Ruta dos Alvares; en Quiroga, donde se ha diseñado la Ruta das Abellas; en O Candán, donde se puede visitar Zobra, considerada la aldea más ‘mielera’ de Galicia; en la zona de O Xurés, con sus particulares colmos techados con paja; en la Ribeira Sacra, donde se practica la apicultura heroica o en la Costa da Morte, con sus singulares apiarios insertados en muros, nichos o incluso en el interior de las viviendas. A ellas se suma la ruta por el Patrimonio Cerero, donde destaca la parroquia de Paraños, en el municipio pontevedrés de Covelo, con su antiquísimo Lagar de Cera, testigo de la importancia de esta industria en la historia de nuestro país hasta bien entrado el siglo XX.  

 

 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies. ACEPTAR

Aviso de cookies
Share This