Una mudanza nada traumática. The Coffee Land ha cambiado de emplazamiento para ganar en luminosidad, en amplitud y en operatividad pues ha unido en un mismo local la actividad hostelera con la vertiente formadora de sus responsables. Así, mientras la planta inferior se orienta a bar-cafetería, la superior es una pequeña aula de formación donde profesionales o amateurs pueden aprender todos los secretos del mundo del café. El momento álgido del local es la mañana, cuando el olor a café lo inunda todo, con variados desayunos que incluyen propuestas dulces y saladas. Pero si el tiempo apremia, el café se coge para llevar, una opción cada vez más extendida y muy demandada en la zona en la que se ubica el local (García Barbón). La oferta de cafés es muy amplia, con variedades adecuadas para todos los paladares. La que más sale es la mezcla (blend) de la casa -un 80% Colombia y 20% Brasil- pero siempre hay orígenes diferentes que se cambian semanalmente, para ir probando nuevos sabores. Y además de degustarlo en el local, se puede comprar a granel (ya molido o en grano) para hacer en casa. “Nos gustaría –añade Luis Blanco, uno de los propietarios– trabajar más el café de filtro, que todavía no está muy desarrollado aquí, pero iremos poco a poco”. Por la tarde, el ritmo del local no es tan frenético y se aprovecha para celebrar las acciones formativas (aproximadamente, una al mes) en las que aprender a distinguir y catar un café de especialidad, a realizar latte art o a elaborar el mejor café en casa.
Foto: Luis Polo