Dicen que a San Andrés de Teixido ‘vai de morto quen non vai de vivo’, por lo que es una parada obligatoria, al menos, una vez en la vida. Sin embargo, es llamativo que este lugar, de atractivo turístico y religioso, no contase con un alojamiento donde recargar las pilas mientras se disfruta al máximo de la belleza única de la zona. Por suerte, esto ha cambiado gracias a una familia que abrió recientemente las puertas de una casa rural llamada, cómo no, San Andrés de Teixido. “Veníamos mucho aquí. Mis padres tienen una empresa de construcción, vieron que se vendía una casa aquí y mi padre (Enrique Guerreiro) la compró. Por aquel entonces no sabíamos que iba a ser una casa de turismo rural pero vimos el potencial, porque no había nada, y empezamos a construir”, apunta Nerea Guerreiro. Y parece ser que fue una gran idea por la buena acogida que ha tenido tanto por parte de los vecinos como de los turistas. “La gente lo echaba de menos, siempre preguntaba dónde se podía dormir”, detalla Guerreiro. La casa, de dos plantas, dispone de cuatro habitaciones bien equipadas y orientadas hacia al mar (una de ellas está adaptada para personas con movilidad reducida). Pero además, hay la posibilidad de alquilar la casa entera, aunque recomiendan reservar con antelación. En cuanto a la tipología de clientes, Guerreiro destaca dos: peregrinos que realizan el Camino del Mar y aquellos que buscan relajarse y conocer el entorno natural. Sin duda, con este nuevo lugar, hecho por y para olvidarnos de la rutina, ya no hay motivo para no visitar San Andrés de Teixido.