Porque estar al día nunca fue tan fácil

Que la pandemia tuvo un impacto importante en nuestras vidas es indudable pero para algunos supuso, además, un punto de inflexión en su faceta profesional. Y precisamente eso es lo que le ocurrió a Miguel Piñeiro, gerente de Roquiño, un emblemático hotel ubicado en Caldas de Reis, que alberga también un restaurante, el cual ha reabierto sus puertas recientemente con una imagen renovada y más atractiva para el público joven. “Queríamos cambiar el ambiente, que la gente viniera a comer aquí pero también a disfrutar de un vermut”, apunta Piñeiro; y lo están consiguiendo, sin duda, porque su regreso ha sido todo un éxito. En cuanto a la oferta gastronómica, Roquiño mantiene su menú del día pero añade un nuevo concepto: el tapeo. Así, su carta incluye elaboraciones que se diferencian de la cocina tradicional de la zona, como el Queso Provolone al horno con tomate y orégano, el Pollo tikka masala con arroz basmati o los Nachos con guacamole, carne con chili, crema de queso Cheddar y jalapeños, el plato que más gusta a los comensales. Asimismo, dado que este restaurante está enclavado en el Camino Portugués, el recetario dispone también de conservas gallegas de excelente calidad para que los peregrinos puedan coger fuerzas a cualquier hora del día. Por su parte, la bodega de Roquiño se compone, en su mayoría, de vinos gallegos; y en lo dulce, Piñeiro nos propone clásicos como las Natillas o una apetecible Crema de café. Cabe destacar que el local cuenta con una terraza que, a pesar del nuevo diseño, conserva el símbolo de este establecimiento: una gran vid que ofrece una buscada sombra cuando el calor aprieta.

Foto: Binart

 

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