Tan atractivo y simpático como ese pequeño mamífero de gesto sorprendido y cola anillada que habita en Madagascar es el nuevo establecimiento abierto en Ourense que hace de los productos a la brasa su principal razón de ser. Con una ambientación donde la luminosidad resalta el verde natural y el mobiliario en tonos de madera claros, Lémur busca su espacio a partir de una cocina formal donde el que hable sea el producto, proponiendo una carta corta, sencilla, temporal y divertida, en la que cobran protagonismo las razas autóctonas gallegas, los pescados y los productos de la huerta, siempre cocinados a la vista del fuego de las brasas. El establecimiento, que dispone de un salón comedor y dos reservados (para un máximo de 12 comensales ambos), procura recuperar aquel servicio de antaño donde el trinchado de una carne o el desespinado de un pescado se hacía a la vista del cliente; detalles que marcan una diferencia en la puesta en escena. De sus postres nos recomiendan su Tiramisú especial y una Torrija en pan de brioche hecho en “casa”, caramelizada y acompañada de un helado; y en su bodega, que cuenta con cerca de 300 etiquetas, destacan los vinos gallegos, aunque los hay de todo el mundo y para todos los paladares; pero aquéllos -de producciones cortas, casi exclusivas, diferentes- son otra marca de la casa. Sugerencia: probar alguno de sus espumosos, la mejor manera de comenzar un encuentro gastronómico.
Foto: Rosa Veiga