A sus 35 años, de vuelta de un viaje entre fogones (El Celler de Can Roca, Abastos 2.0, Pazo Los Escudos, etc.), Bret Fernández encontró su momento a finales de agosto pasado porque su lugar, Lugo, ya lo tenía claro desde hace tiempo. Así nació Prebe, la propuesta personal del cocinero que aporta un nuevo aire a la gastronomía de la provincia. Siguiendo la tendencia de aprovechar al máximo los productos de temporada y del mercado local, Bret Fernández sí propone una vuelta de tuerca a su menú degustación. “No buscamos ofrecer una hoja escrita permanente porque no nos interesa un menú rígido, sino que en esos siete pases (que incluyen un pre-postre y un postre) ofrecemos los productos que tenemos en la cocina, sean los pescados y las carnes que sean, de ahí que el menú lo proponga el propio comensal”, explica. También su carta es particular ya que está conformada por diferentes bloques: entrantes, crudos y marinados, frituras, arroces, carnes y pescados. Pero el chef hace hincapié en algo que suele pasar desapercibido para la mayoría: las guarniciones. “Hacer una chuleta con patatas no creo que aporte nada nuevo”, comenta; por eso ofrece unos cogollos a la brasa o unos pimientos con salsa kimchi, por ejemplo. El restaurante, que dispone también de una bodega con cerca de 100 referencias (donde además de los gallegos no faltan vinos franceses o italianos), cuenta también con una planta baja donde el tapeo y los vinos son protagonistas; mientras en la planta superior el cocinero desgrana su propuesta gastro más atrevida. Para recomendar quedan sus postres como el Suspiro limeño (lima, dulce de leche, pisco, gel de cilantro y espuma de nata) o su asiático Mango a la brasa con curry dulce.