No hay mejor fórmula para el buen hacer de un restaurante que aunar tradición con toques de modernidad, y eso es precisamente lo que está dando frutos en el recientemente abierto Os Catro Fogóns, un establecimiento ourensano que con apenas 21 años dirige José Alejandro Pina, con los recuperados conocimientos de la cocina clásica que aporta Luz, su madre. Estudiante ejemplar egresado de la Escuela de Hostelería de Vilamarín, José decidió dar el paso y sumergirse entre los fogones que tanto le apasionan, pero con la peculiaridad de que los buenos platos portugueses también tienen protagonismo en la carta. Amplio en su interior, con capacidad para más de un centenar de comensales, el local se sitúa en las inmediaciones del Parque de las Mercedes de la ciudad de As Burgas, desde donde Os Catro Fogóns pretende abanderarse como una de las referencias ineludibles de la cocina tradicional gallega y portuguesa. Así, en una carta diseñada a criterio de su cocina (una docena de entrantes y una veintena de platos), las preferencias se inclinan hacia el pulpo (en sus diferentes variantes) y el plato estrella, el bacalao, que ofrecen en seis diferentes elaboraciones, entre ellas a la portuguesa, a la brasa o a Os Catro Fogóns (ésta última bajo una receta secreta de la propia de Luz). Las carnes a la piedra -especialmente la Ternera Gallega- son otras de las propuestas más buscadas y, desde febrero, cuando abrió el restaurante, hasta finales de abril las Jornadas del Cocido resultaron las de mayor demanda. Así, sin menús degustación pero haciéndole hueco a las jornadas gastronómicas (setas, castaña, etc.), la carta dulce del local también apunta a lo tradicional con su flan de queso o sus filloas en diferentes sugerencias (chocolate, caramelo, nata, etc.). Peculiar también es su bodega donde sólo tienen cabida los tintos y blancos de la D.O. Ribeira Sacra.
Foto: Rosa Veiga