Aunque su gerente, Leo Fernández, nos habla de un local “cervecero”, Ochoa Bar, en Vigo, es mucho más que eso. Su propuesta abarca prácticamente todas las horas del día: desde el desayuno a la primera copa, con descanso al mediodía. La cerveza es, sin duda, uno de los puntos fuertes de este establecimiento, con diferentes tipos para paladares diversos; pero el vino y el café también juegan papeles significativos. Este último, tanto a la hora del desayuno como a media mañana o con la merienda, acompañado, por ejemplo, de gofres, tortitas o crepes. Si pasamos a la hora del aperitivo, uno de los momentos álgidos en Ochoa Bar, la cerveza, el vino y los vermús toman la palabra, con maridajes tan apetitosos como unas tostas de ventresca, de lacón con pimentón o de jamón con pan de centeno, tablas de embutidos, quesos o conservas. Por cierto, estas últimas, al igual que vinos y licores, se pueden adquirir en la pequeña tienda de que dispone el local, el primero en propiedad para Leo Fernández. “Después de andar dando vueltas por el mundo, fundamentalmente en hoteles, cogimos este local. Le pegamos una reforma y le dimos un carácter muy marcado”, explica el gerente. En lo estético, destaca el ambiente industrial y una decoración plagada de rejas, alambradas y demás reminiscencias a la actividad fabril. La música de fondo ayuda a completar un ambiente acogedor y distinguido, en un local que también quiere explotar su vertiente pedagógica acogiendo catas magistrales y maridajes. La guinda será la terraza, que pronto completará la oferta del local.