La Ribeira Sacra es, hoy por hoy, uno de los destinos más buscados por los viajeros que valoran las excepcionalidades de un territorio que mantiene casi intactas sus señas de identidad. Y fruto de esa demanda, la comarca se ha ido poblando –todavía poco a poco– de establecimientos hoteleros de diferentes perfiles, algunos de ellos, verdaderos templos del bienestar. Ése es el caso de Apedeceo, una villa de espectaculares vistas al Miño y las terrazas de Belesar ubicada en la aldea de Os Queixeiros. Está compuesta de cuatro estancias interiores (dormitorio principal, salón, dormitorio con mirador, cocina y baño) junto a dos grandes estancias exteriores: una terraza semicubierta con barbacoa y otra terraza al aire libre con jacuzzi para disfrutar al máximo de una ubicación excepcional. La casa está rodeada de viñedo, una suerte de barrera de seguridad pero también de conexión con el entorno que rememora los orígenes de la edificación (supera los 200 años) y la ocupación de sus primeros moradores (viticultores). Todo está pensado en Apedeceo para hacer que el disfrute y la desconexión alcancen límites insospechados. Desconectar para reconectar con uno mismo en sus diferentes estancias, dotadas con todos los servicios necesarios para que la experiencia sea plena. “La sensación del calor del fuego en las chimeneas, el olor a antaño del hogar encendido, el placer de sumergirse en un baño de burbujas al aire libre disfrutando de las vistas del corazón de la Ribeira Sacra, de los espectaculares cielos estrellados que se pueden divisar, o de la paleta de colores que las estaciones usan para teñir nuestro entorno privilegiado hacen que la estancia en Apedeceo se convierta en toda una experiencia para los sentidos”, aseguran desde la propiedad. Y no nos cabe ninguna duda.
