A escasos metros del Camino Francés a Santiago, en la localidad lucense de Sarria, se ubica Cinza e Lume, un restaurante de reciente apertura que viene a elevar la calidad de la oferta gastronómica local, con un servicio esmerado y cuidado por el mínimo detalle. De ello se ocupan Francisco Vilela y su equipo, hostelero de tercera generación (su familia estuvo al frente de Volcano, en Fuerteventura) que reconoce lo fuerte de su apuesta. El local ofrece dos propuestas diferentes: la de su restaurante gastronómico, donde la baja temperatura es la reina absoluta, aplicada a pescados y carnes de razas autóctonas de Galicia como la Gallina de Mos, la vaca Cachena o el Porco Celta; y la de su terraza, mucho más “casual y urbana” –describe Vilela– y en la que triunfan a partes iguales las hamburguesas Premium con pan brioche y salsas caseras, las croquetas de pulpo y las carnes de Vaca y Buey de Galicia y Ternera Gallega Suprema acabadas en hibachis (parrillas japonesas). Además de la calidad de la materia prima, en Cinza e Lume se cuida sobremanera la estética de los platos que se presentan al comensal, muchos de ellos con cocciones largas, de hasta 72 horas, que garantizan sabores intensos y ternura en cada pieza que se degusta. “Tenemos más de catorce fondos naturales, elaborados por nosotros desde cero”, confiesa Francisco Vilela. No deben pasarse por alto los postres, muy elaborados y con una cuidada presentación, de corte tradicional pero con mucha técnica. Pasión por el chocolate (con hasta nueve texturas de chocolate diferentes) o una Tarta de queso tropical con espuma de maracuyá, crumble de coco y culis de frutos rojos son sólo algunos ejemplos.