En hostelería –como en muchos otros órdenes de la vida– hay una regla que no falla: lo simple y bueno es doblemente bueno (en realidad el refrán no es exactamente así, pero se le parece). Y el mejor ejemplo es la reciente apertura de Ceres 1894, un local situado estratégicamente en una esquina de la plaza de Saco y Arce, en el corazón de Ourense, que nació con vocación de ofrecer bastante más que los sabrosos desayunos y el picoteo variado que actualmente puede degustar su clientela. Mariano González es quién gobierna el nuevo establecimiento abierto a finales de marzo, con la sencillez de quien pinta algunas canas en la profesión hostelera. “Hemos abierto hace poco, pero la acogida que estamos teniendo es mayor de la que esperábamos; tenemos clientes que desde el primer día pasan por aquí para su desayuno, el vermú, la cerveza o la primera copa”, reconoce el propietario. El local, que cuenta con una capacidad de más de 40 personas en su interior (entre mesas y barra) y otras tantas en su terraza, propone desayunos clásicos con protagonismo de tostadas y croissants; en tanto que la elaboración más cuidada recae en los pinchos del mediodía o la noche, con sabrosas lentejas, arroces, tortillas o quesos. Para maridar con ellos, el propio Mariano recomienda cualquier vermú (gallego, nacional o extranjero) de la amplia gama que tiene en carta. “Lo que pretendemos es ofrecer un local para que la gente disfrute” –explica González- y para ello, y a partir de su pasión por la música, el establecimiento tiene mil y un guiños y detalles que la reflejan. Por ello y con el correr de los días, esta cafetería se irá transformando en un café-bar donde también tengan espacio los conciertos, los monólogos o los recitadores poéticos; un espacio para la cultura que también abarcará exposiciones de fotos, carteles o pintura.